domingo, 6 de noviembre de 2016

Sobre los últimos versículos de Marcos

¿NOS PODEMOS FIAR DEL FINAL DE SAN MARCOS?


INTRODUCCIÓN

Hasta hace muy poco se me ha pasado por alto un dato bien conocido y en cierto modo polémico del Evangelio según San Marcos en relación con su final. Es el evangelio más corto y probablemente el primero, fuente directa tanto de San Mateo como de San Lucas, conformando una tríada denominada "evangelios sinópticos", de la que se distancia sin incompatibilidad el más original Evangelio de San Juan.
     El Evangelio de Marcos consta de 16 capítulos, llegando el último, en cualquier Biblia de uso ordinario, hasta el versículo 20. Sin embargo, los manuscritos más antiguos que se han conservado de él carecen de los últimos doce versículos. Estos son tres: el Papiro 45 (P45), de alrededor del 250 d. C., el Códice Vaticano, de sobre el 325 d. C., y el Códice Sinaítico, del 370 d. C., y llegan solo hasta el versículo 8, por lo que podría parecer razonable pensar que el resto debe ser un "añadido".

EL PRINCIPIO DE LA DISCUSIÓN

     Esto de que sean "añadidos" es discutible y, de hecho, se discute. Los manuscritos más antiguos conservados están a gran distancia temporal del original y sus primeras copias. Lo mismo puede haber sido un "puesto" que un "quitado", una ampliación que una reducción. Además, aun suponiéndolo un addendum a posteriori, no es lo mismo que este añadido se incluyera de forma temprana a que fuera puesto siglos después de la redacción y difusión de los primeros textos de este Evangelio. ¿Por qué? Pues porque puedo perfectamente aceptar como canónico, bíblico, inspirado, un Evangelio cuya primera redacción fuera hecha por Juan Marcos y poco después completada por algún creyente coetáneo, el mismo Lucas, por ejemplo, como se ha sugerido, o algún otro cristiano de la época, o incluso que el texto se completase de forma temprana en base a otros evangelios (fundamentalmente el de Lucas), para disponer de un relato de la vida, muerte y resurrección de Jesús más completo (un añadido funcional), pero desde luego recelaríamos mucho si dicho contenido adicional proviniera de una mano del siglo III en adelante.
     Como filólogo, desde luego es un tema más que interesante, pero a un tiempo irresoluble, a no ser que aparezcan manuscritos más antiguos, y aun con eso, ya se vería. Pero como creyente, mi interés y preocupación es de otra índole y gravedad, pues afecta a mi nivel de confianza y seguridad sobre el final de Marcos que, de repente, parece haber pasado de ser suelo firme a terreno pantanoso o movedizo.
     El espíritu de este artículo es, por tanto, sondear como lector en cierto modo ingenuo de la Biblia, para calibrar cómo y de qué manera puede afectar a mi fe el grado de confianza que pueda depositar en el final de este Evangelio. Porque, con todo, además de ver qué carácter o categoría le damos a esos últimos doce versículos, habrá que ver cuál es su gravedad. Bicheando un poco, veo cómo algunos se agarran a esta inseguridad para tirar por tierra la fiabilidad de toda la Biblia, algo bastante desmesurado, a tenor de las afirmaciones y argumentos que se observan. Yo confío en las Escrituras como inspiradas por Dios, porque la globalidad del texto bíblico no está sometida a cuestiones como estas. La cortina de humo que se va intentando correr con manuscritos nuevos que siempre parecen una "bomba" a la fe y luego quedan en nada o el hecho de magnificar en exceso cuestiones como estas de San Marcos, desde luego es como mínimo tendencioso y como grado medio para hacérselo mirar. ¿Es importante ese supuesto añadido, caso de que lo sea? Para Bart Ehrman (apud. http://losdivulgadores.com/blog/2012/07/04/el-verdadero-final-del-evangelio-de-marcos), parece ser que sí. Se trata, según él, de un final conmovedor que

Es uno de estos pasajes el que utilizan algunos cristianos pentecostales para mostrar que los seguidores de Jesús serán capaces de hablar en lenguas ‘desconocidas’ como sucede en sus rituales; y es el pasaje principal usado por los grupos de adiestradores de serpientes Apalaches que hasta el día de hoy cogen serpientes venenosas con sus manos para demostrar su fe en las palabras de Jesús…Pero, hay un problema…este pasaje no estaba originalmente en el evangelio de Marcos. Fue agregado posteriormente por un escriba.

MI PUNTO DE PARTIDA Y PERSPECTIVA. PREMISAS.

     Como no puedo conocer el grado de confianza textual, voy a intentar dilucidar qué categoría puedo darle a estos últimos versículos, que puede variar desde el grado máximo de la absoluta certeza y confianza de que es igual de bíblico que el resto de este Evangelio al grado mínimo que culmina con un rechazo absoluto y su borrado de mi Biblia, declarado apócrifo y dándosele un buen ostraka sin paliativos.
     Desde luego, por mucho que recelemos, este grado mínimo del que acabamos de hablar se hace improbable desde el momento en que cada pasaje del supuesto añadido tiene un correlato en otro Evangelio, e incluso en Hechos de los Apóstoles. Así que, desde luego, un rechazo tan taxativo sería un tanto injusto, pues el núcleo de su mensaje, lo esencial de él, aparece en otras partes del Nuevo Testamento. Pero, desde luego, partiendo de ahí, puede ser lógico el recelo que manifiestan muchos cristianos si subimos un peldaño en el nivel de concreción del contenido del texto. ¿Qué hacer, entonces?
     Partiremos de la siguiente premisa: los contenidos de esos versículos que tengan un correlato en otro libro del Nuevo Testamento nos otorgarán seguridad y tranquilidad, tanto para aceptarlos como para rechazarlos. Para aceptarlos, por cuanto vienen reforzados y refrendados por sus pasajes novotestamentarios paralelos; para rechazarlos, pues ya disponemos de ellos en otros pasajes.
      Realmente, el problema serio va a venir de los contenidos estrictamente originales, si es que los hay, en estos versículos controvertidos. Caso de rechazarlos, podríamos estar prescindiendo de contenido bíblico, de palabra inspirada y útil. Y caso de admitirlos, podríamos estar adulterando el relato evangélico con palabras meramente humanas, no inspiradas, o incluso sencillamente inventadas.

EL COTEJO

     Por tanto, un primer paso necesario es saber si existe ese contenido original, cuál es, y, en un segundo paso, cómo y con qué intensidad puede repercutir en la fe cristiana.
     Pasemos, entonces, a comparar pasajes.


PRIMER PASAJE:
JESÚS SE APARECE A MARÍA MAGDALENA
Mc. 16: 9-11; Jn.20: 11-18
Mc. 16: 9
Jesús aparece a María Magdalena
Primer día de la semana por la mañana
Echó de María Magdalena siete demonios
Otros lugares bíblicos
Jn. 20: 14-17: Igual, con más detalles aún
Jn. 20: 1
Sin referencia en Juan, pero confirmado en Lc. 8: 2.
Mc. 16: 10
María M. va y lo hace saber a sus discípulos
Los discípulos estaban tristes y llorando
Otros lugares bíblicos
Jn. 20: 17, 18
Sin referencias en Juan.
NO ENCUENTRO OTRAS REFERENCIAS.
Mc. 16: 11
No la creyeron.
Otros lugares bíblicos
No hay referencia explícita en Juan de este asunto. Sin embargo, es más que obvio, fácilmente deducible de Jn. 20: 19 ss., pues cuando Jesús aparece a sus discípulos, estaban atónitos y ni siquiera Tomás cree. Por tanto, no debieron haber dado mucho crédito a María Magdalena. En todo caso, queda confirmado en Lc. 24: 11.
SEGUNDO PASAJE:
JESÚS SE APARECE A DOS DE SUS DISCÍPULOS
Mc. 16: 9-11; Lc. 24: 13-35
En el pasaje de Lucas encontramos el célebre episodio de los dos que iban a Emaús. Los dos versículos de Marcos son una síntesis muy sucinta de este episodio.
TERCER PASAJE:
JESÚS COMISIONA A LOS APÓSTOLES
Mc. 16: 14-18; Mt. 28: 16-20, Lc. 24: 36-49, Jn. 20: 19-23
Mc. 16: 14
Aparece a los once
Sentados a la mesa



Jesús les reprocha su incredulidad al recibir de otros la noticia de su resurrección
Otros lugares bíblicos
Mt. 18: 17 (le vieron); Lc. 24: 36; Jn. 20: 19
No hay referencia. Parece una contradicción que en Mateo 28: 16 estén en un monte de Galilea, salvo que se trate de otra aparición distinta.
Jn. 20: 26-29, pero focalizado solo en Tomás.
Mc. 16: 15
Mandato a predicar el Evangelio a toda criatura
Otros lugares bíblicos
Mt. 28: 19, Lc. 24: 47 (indirectamente); Hch. 1: 8.
Mc. 16: 16
Creer+Bautismo=Ser salvo












No creer = Condenación
Otros lugares bíblicos
En Mt. 28: 19 Jesús indica cómo hay que bautizar. Esta dupla parece confirmarse por Pedro en su discurso en Hch. 2: 38. La secuencia es: 1º) Recibir la Palabra y creer (Hch. 2: 40, 41); 2º) Bautizarse (Hch. 2: 41); 3º) Doctrina, comunión, memorial y oración (Hch. 2: 42). La secuencia Creer+Bautizarse, en el pasaje de Felipe y el eunuco (Hch. 8: 36-39), y en Hch. 18: 8. Este libro está plagado de ejemplos, si bien encontramos a algunos que ya habían recibido el Espíritu Santo y fueron bautizados luego (Hch. 10: 47).
Indirectamente en Jn. 20:31; claramente en Hch. 2: 38.
Mc. 16: 17, 18
Señales en los que creen:
- Echarán demonios en su nombre.
- Hablarán en lenguas.
- Tomarán en sus manos serpientes y beberán veneno, y no les dañará.
- Sanarán a los enfermos con imposición de manos.
Otros lugares bíblicos
Esta es la parte a la que se refería Ehrman sobre los pentecostales. No hay referencias a esto en los pasajes paralelos, salvo menciones al Espíritu Santo (muy vinculado al bautismo si se observan las referencias del Nuevo Testamento a este acto). Cf. Hch. 2: 4 con respecto al don de lenguas, y Hch. 2: 43 para maravillas y señales. No podemos decir que podamos apoyarnos en un pasaje paralelo a esto. Echar demonios y no ser dañados por serpientes fue lo que experimentaron los setenta a los que comisionó Jesús en Lc. 10: 17-20, y la sanación con imposición de manos lo vemos desde el principio de los Hechos de los Apóstoles. No hay pasaje paralelo, pero sí bastante sintonía.
CUARTO PASAJE:
LA ASCENSIÓN
Mc. 16: 19, 20; Lc. 24: 50-53
Mc. 16: 19
Tras hablarles, …
… fue recibido en el cielo.
… se sentó a la diestra de Dios
Otros lugares bíblicos
Lc. 24: 50; Hch. 1: 2, 9
Indirectamente, en Hch. 2: 32
Hch. 2: 34; Salmo 110: 1
Mc. 16: 20
Los discípulos predican en todas partes …
… con ayuda del Señor.


… confirmando la palabra con señales.
Otros lugares bíblicos
Bueno, además de que esto viene confirmado por el resto del Nuevo Testamento, indirectamente en Mt. 28: 20.
Vemos esto en los primeros capítulos de Hechos.


CONCLUSIONES

     Como ya preveíamos, esto del final de Marcos no parece un tema crucial, desde el punto de vista bíblico y de la fe. Y eso que es un pasaje muy sensible, dado que trata de la resurrección de Cristo y la gran comisión. En términos generales, estos doce versículos tienen un gran apoyo en otros pasajes bíblicos.
     Los dos aspectos más sensibles, sin embargo, no tratan de temas menores. El primero, en referencia al bautismo, la fórmula Creer + Bautizarse = Ser salvo, que aparece así formulada en Marcos 16: 16, puede ponerse en cuestión. Por separado no. La Biblia es reiterativa en el Nuevo Testamento en que somos salvos por la fe en Jesús (las citas son muy conocidas, y algunas las hemos mencionado en Otros lugares bíblicos). Por eso no creer equivale a condenación. La práctica del bautismo una vez que se ha creído (y recibido el Espíritu Santo), no solo es frecuente en Hechos de los Apóstoles, sino que sin duda se trata de un acto necesario al que se le otorga gran importancia. Por lo tanto, se es salvo si se ha creído en Cristo, y el bautismo es consecuencia inmediata. Eso, como mínimo. La fórmula, por tanto, no parece que entre en contradicción alguna con lo que indica el Nuevo Testamento acerca del bautismo y la fe, y en  todo caso no afecta a efectos prácticos, solo a un nivel teórico-especulativo.
     El segundo pasaje es al que se refería Ehrman en relación a los pentecostales. Si admitimos que lo que aparece en Marcos 16: 17, 18 no sucedió, no obstante podemos señalar:

1º.- Que cuando Jesús comisionó a los setenta, echaron demonios, y Jesús veía caer a Satanás.
2º.- Que a estos setenta les dio potestad de ser inmunes a picaduras de serpiente (cosa distinta será si entendemos estas serpientes como literales o metafóricas -simbólicas-).
3º.- En Pentecostés se hablaba en lenguas (lenguas humanas). Pablo hablará en condicional de "lenguas angélicas" y este fenómeno no es ajeno a los primeros creyentes, de modo que Pablo reconoce hacerlo y da instrucciones de cómo debe hacerse en público (con interpretación; 1ª Co. 12: 10; 13: 1; ...).
4º.- La sanación en nombre de Jesús aparece también en Hechos (Hch. 3: 6, por ejemplo). La imposición de manos no parece usarse para la sanación, sino para confirmar a los hermanos que van a ejercer liderazgo (Hch. 6: 6; 13: 3; 1ª Tim. 4: 14). Se observa relacionado con la venida o acción del Espíritu Santo en Hch. 8: 18. Lo más parecido a la sanación con imposición de manos es cómo Pablo recobra la vista a través de Ananías (Hch. 9: 12). Aunque es cierto que en algunos milagros Jesús puso las manos sobre el que iba a ser sanado.

     Si yo fuera pentecostal, solo este último punto podría inquietarme. Para lo demás, podría seguir argumentando bíblicamente.

     Así que, me parece respetable que algunos digan que no se fían de estos doce versículos, pero la gravedad de su suspicacia no está la altura de lo que nos puede afectar que estos versículos se demostrasen apócrifos, que es apenas nada.

Texto: José Alfonso Bolaños Luque