miércoles, 24 de mayo de 2023

LA BIBLIA COMO TEXTO SAGRADO EN EL COMÚN: UNA REFLEXIÓN QUE PROFUNDIZA ALGO MÁS

Repetimos como papagayos directrices que parecen salir de la Biblia, directamente, y es falso ese directamente: verdad o no, salen de haber escuchado interpretaciones. O ni eso, o ni "se entiende esto porque se interpreta esto", sino antes bien "como creo esto que me han dicho, repito el versículo que me han dicho que lo respalda". Sin ir a lo profundo, que tal vez esté más en la superficie, tan cerca de tus narices que no lo ves. ¿Qué piensas tú que haces realmente cuando lees la Biblia, rutinaria e incesantemente? ¿Qué texto te crees que tienes entre las manos, una novela de moda, un doctrinario, un libro místico? Si este libro ha alcanzado esa categoría para ti, de texto sagrado, al que llamas "palabra de Dios", ¿no deberías estar pendiente no sólo a aplicarte a ver qué dice realmente, sino asimismo a saber cómo es y qué es? 

     Voy a suponer en ti cierto nivel cultural e intelectual, lo que en tu caso es cierto, aunque en otros sea mucho suponer, porque, a ver, te lo tengo que suponer si eres una persona que lee, y no cualquier cosa, lees algo muy especializado y erudito, lees textos muy pero que muy antiguos que son traducción de una  copia de copias sucesivas de textos aún más antiguos ya perdidos que pudieran remontarse a una tradición oral de miles de años, ¡guau! (no te rías como un inepto, se escribe así en español, no waw!, que además es una letra del alfabeto hebreo, ni wow!, pero perdona, no te has reído, si eres capaz de leer un texto así es que eres muy culto y eso ya lo sabías, discúlpame). ¡Enhorabuena, guau, qué fuerte, te admiro! Especialmente como filólogo. Seguramente te interesarán igualmente las ediciones del Gilgamesh sumerio o de textos egipcios o chinos que se remontan a miles de años, no cualquiera lee esos textos. Pero es que en tu caso hay más: según tú, este libro afecta a tus creencias profundas acerca de la divinidad y te da a conocer a Dios, y moldea tu moral y tus costumbres, tu vivir diario y múltiples decisiones vitales, igual del día a día, afectando ni más ni menos que a tu economía, a tu familia, a tu sexualidad, y en algunos a tus convicciones políticas (quiero pensar que no es al revés, que usas la Biblia como respaldo a tus ideas personales, aunque seguramente todo aquí es bidireccional) como a temas espirituales y trascendentes, podrías tomar decisiones que te afectan a ti y a otros muy de lleno en base a la esperanza de una recompensa post mortem o un castigo eterno. No es poca cosa esto, entonces, en absoluto. Te interesa, y mucho, a todos los niveles, conocer qué es y cómo es este libro, no es un consejo, es una afirmación. Te interesa intelectualmente, está claro, si es un libro tan erudito y complicado, como hemos dicho, ¡y lo lees a diario!, y a nivel vital en todas las áreas de tu vida. ¡Guau!

     Claro, que si es así de importante, es mejor leerlo uno mismo que aceptar ciegamente lo que te digan de él los que saben más que tú, los de más autoridad intelectual: ¡podrían manipularte! Punto para los protestantes, ahí me alineo con ellos, si estuviera en el siglo XVI. Que no es este siglo. Este argumento no me libera de nada, hace tiempo que tengo esa opción si quiero, la de tomar un libro fácil de conseguir y leerlo yo e interpretarlo yo sin mediar directrices de ninguna institución o persona, no necesito saber hebreo ni arameo ni griego, porque me fío así como así de la traducción que he elegido, como me fío de la selección de textos y rechazo los excluidos por comités de gentiles con intereses políticos que quisieron hace siglos unificar doctrinalmente a tantas iglesias con una visión muy distinta unas de otras de quién fue Jesús, cómo es Dios, normas de conducta y los textos que se leían, que eran menos que ahora y diferentes de una iglesia a otra, y me estoy refiriendo especialmente al Nuevo Testamento ahora. Los concilios, encendidísimos, en los que había que llegar a un consenso sobre un canon con discusiones muy fuertes y proclamas posteriores de hereje a los que perdieron el pulso de fuerza, con costo de sus vidas, ahí estás tú, ahí estoy yo. 

     Y fíjate que al decir estas cosas me posiciono dentro de los que la quieren considerar texto sagrado, no fuera. Es decir, aquí me estoy poniendo en el caso de que me interesa saber cuanto más mejor de la Biblia, hebrea o cristiana, porque la considero fundamental para mi vida terrenal y eterna, no me salgo y la veo desde fuera para replantearlo todo, como haría un ateo o alguien que sencillamente quisiera tener un panorama general del libro. Es pura mentira que la leemos sin intermediarios, como lo es de que se trata de un texto, de textos, escritos con el propósito de ser sagrados, el libro de una religión o fe. Hay mucho cocido de antemano. No la leemos ingenuamente, porque además es imposible. Viene aderezada con sermones y predicaciones, interpretaciones y líneas doctrinales, y lo que te enseñaba mamá cuando eras pequeño, y las reflexiones y meditaciones de los libros con que los complementas, y todo partiendo de la estabilidad de un texto inestable, de la traducción, ya ni siquiera a tu lengua vernácula, sino a otras como un griego muy antiguo al traducir un hebreo aún más antiguo, esa Septuaginta con tantas discrepancias con el original hebreo, y a la fiabilidad del texto en sí. No lees la Biblia por ti mismo, eso es mentira, de las gordas. Porque no puedes. Estudia lo que quieras, no puedes. De una forma u otra, todo al final lo tienes que basar en la fe. Que tampoco es tuya, en la fe que te han dicho que debes tener: para leerla, para interpretarla, para fiarte de unos que no de otros, y para aplicarla. Y también te basas en lo que sientes al hacerlo, en tus emociones y experiencias. Lo cual es un problema, porque en muchos casos vas a su lectura con la actitud con que te han dicho que debes hacerlo. Tus experiencias no las niego, porque yo también las he tenido, pero deberías saber que otros como tú y yo han tenido esas sensaciones leyendo otros textos, creyendo otras cosas, y que han recibido confirmación de seguridad, confianza y consuelo igual de un horóscopo que de un libro de autoayuda que de otros textos de distinto carácter al acudir a ellos creyendo, con fe de un tipo u otro y vibrando con él, que igual que tú sabes que tus oraciones han sido contestadas (algunas), ellos te pueden poner mil ejemplos de cómo las suyas también, aunque no las llamen oraciones, y que han experimentado mil sucesos extraordinarios como algunos de nosotros también lo hacemos, sucesos complicados de probar, que igual que tú has visto cosas por imposición de manos o profecías advenidas yo te podría presentar a otros con experiencias similares por canalizaciones y visiones que nada tienen que ver con el cristianismo. Y si aludes al Espíritu Santo, pues yo tendría cuidado, no sea que lo banalices para usarlo de excusa para diferenciar unos sucesos de otros o tu propia experiencia, o explicar lo incomprensible, no sea que banalizarlo sea blasfemar contra Él, si crees que ese pecado es imperdonable. La iglesia primitiva NO usaba tu texto, es más, cada iglesia usaba unos poquitos y distintos unos de otros. La palabra que yo usaría para todo esto que expongo ya la he usado, es "excusa", no hay más que excusas, y excusas, y excusas para mirar a otro lado de muchos temas que se supone que es precisamente a ti a quien más te interesan, y un permanente abuso del sesgo confirmatorio, confirmatorio de la mano de Dios, del que sabes que no debes usar Su nombre en vano, y del diablo. Tampoco el pueblo hebreo usaba tu texto, ni lo interpretaba igual, en sucesivas fases temporales hasta llegar a esa tradición oral conectada con las de otras culturas de las que salieron o en donde estuvieron, mesopotámicas, egipcias y cananeas. Excusas que nos tenemos que creer por puro dogma, por pura interpretación de otros heredada de otros otros. Normal que muy expertos, no como nosotros, que solamente somos expertos (¿o no, si nos atrevemos con libros de este nivel?), normal que muy expertos puedan llegar a proponer, por ejemplo, que la historia de Adán y Eva se da al principio en el cielo, no en la tierra, leyendo el texto original (el original), y que el primer pecado no lo sea, sino una decisión de seres espirituales por adoptar cuerpo humano para vivir en la tierra, aceptando el dolor y la mortalidad, lo que haría que la interpretación de la historia de Satanás, Eva y Adán fuera otra muy diferente, y ver a estos tres personajes de forma muy distinta, o que se quiera hablar de lo que realmente significa ELOHIM, que de verdad no se sabe qué significa, pero es un plural, son varias entidades, seguramente poderosos más bien, dándote cuenta entonces de que "Dios" no aparece en el Génesis y libros posteriores, es un texto sin "Dios", con "Elohim", y cómo mucho después los escribas iban a singularizar ese plural, cuando ya se imponga la doctrina de un solo Dios, trayendo malas concordancias de un sustantivo en plural (Elohim) con verbos en singular y a partir de ahí ya se impone un concepto de un solo Dios. Hay versículos donde "Jehová" aparece con un nosotros, una interpretación recta de esto nos da más lógico ver a "Jehová" con otros que otras interpretaciones de sesgo confirmatorio de idea previa. Esto que digo, que no digo que crea, te puede hacer saltar de tu silla y hasta indignarte, ya lo sé.

     Lo que lees es un libro mental creado por ti mismo, está como está en tu mente, está preexplicado en tu mente, es mentira que lo lees ingenuamente, lo lees con explicaciones previas muy traídas y discutidas en muchos siglos atrás que ha llegado a tu mente de una u otra forma. Las diferentes versiones de Dios se van sucediendo en esas páginas, obviando muchas otras, demasiado, hasta formar en nuestra mente evangélica un Dios de amor y bondadoso y, aun con todo, nos rechinan episodios veterotestamentarios en los que familias enteras, incluidos niños, son muertos por la mano de Dios como castigo al acto anatema de un varón principal de esa familia, nos rechina cómo mueren los hijos de Job y por qué y su final supuestamente feliz, nos rechinan los castigos mortales a los que quebrantaban el sábado o a naciones extranjeras, nos rechinan los genocidios en Canaán a manos de incluso del mismo David, nos rechina la esclavitud, la poligamia, nos rechinan muchas cosas, nos rechina que el hombre más sabio del mundo por don de Dios acabe buscando en otras creencias y dioses pero de esto se culpa a sus mujeres, pero era el más sabio, nos rechinan muchas cosas pero tenemos ya la explicación preparada.

      Nos gozamos y nos indignamos, nos entristecemos y nos alegramos, practicamos y nos comportamos, no de forma natural en absoluto, la sinceridad de estos actos nuestros ha venido a posteriori, cuando a base de repetir e imitar ya lo vamos viendo así. Esta es la Biblia que lees, ¿no? Si somos de mente abierta, lo vamos a contemplar, lo vamos a discutir y muchas cosas las dejamos a la omnisciencia de Dios y sus propósitos que nosotros no entendemos, los propósitos de ese Dios que ahora vemos que es de esta manera y quiere esto y esto, pero hace cincuenta años era un poco diferente y podía querer otras cosas, o hace trescientos tenía un carácter diferente y sus prioridades eran otras. No somos tontos ni lerdos. Pero empleamos mucho tiempo y esfuerzo por encajar estas cuestiones, que muchas veces nosotros mismos sacamos y cuestionamos, en una creencia y fe previas. ¡Hacemos eso! Los más liberales de los evangélicos, a los que nunca pertenecí, aun con todo hacen los malabarismos de interpretación y encaje, y los más conservadores no discuten, están encerrados en su doctrina y bien ciegos, creyendo que imitan a Cristo. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario