sábado, 24 de agosto de 2019

SER UN GUSANO

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LO QUE SIGNIFICA SER UN GUSANO

El verbo humillar viene del latín HUMUS, que significa 'terreno, tierra, suelo'. El lugar donde habitan las lombrices. Los gusanos no están exactamente en la superficie del suelo, sino en el suelo, dentro del suelo, bucean en el suelo, muerden polvo, comen barro: eso es humillarse y eso es ser humillado. Los seres humanos estamos hechos para caminar erguidos, pero venimos del polvo, salimos del HUMUS, y compartimos en nuestra propia naturaleza la dignidad de ser hechos a imagen y semejanza de Dios, con mayor gloria que los propios ángeles, la joya de la creación, y la suciedad y oscuridad del pecado, con instintos carnales que deshonran a nuestro Creador, absolutamente egoístas e incapaces, hasta el punto de acabar siendo y viéndonos como gusanos. Y hay golpes de humillación en la vida que nos tumban y reptamos y tragamos detritus en el suelo (no simplemente sobre el suelo), en el barro, en el lodo, en la lama. Lama, que a mí se me enseñó que era palabra prerromana, aunque el DRAE le da como origen el latín, tiene como primera acepción en este mismo diccionario: 'Cieno blando, suelto y pegajoso, de color oscuro, que se halla en algunos lugares del fondo del mar o de los ríos, y en el de los recipientes donde hay o ha habido agua largo tiempo'; lo que te da verdadero asco tan solo pisar si te metes en una charca o alberca. Es el lugar ideal para el verdín, por eso lama en en Colombia y México es 'moho', y en Chile, Colombia, Honduras, México y Puerto Rico es también 'musgo'. Los lugares con lama, por cierto, son fértiles: Egipto y Mesopotamia dependían de ella.
     La lama se opone, casi como un antónimo, a otra palabra prerromana, gándara, 'tierra baja, inculta, llena de maleza', pero, por extensión, un desierto: y caminar por el desierto será, sin duda, una experiencia de humillación; es otro tema. Yo estoy ahora con los gusanos, que viven en el barro húmedo, materia pegajosa que es mezcla machacada de muchas cosas, no es simplemente arena mojada, sino que, aparte de mierda, tiene mezclados muchos restos orgánicos diminutos o microscópicos de lo que en su día fueran cadáveres enteros. Ahí es donde vamos cuando somos humillados.
     Este artículo me lo ha inspirado, una vez más, Stuart Park (Desde el torbellino, p. 299; vid. nota 1 y única) y obviamente es impulsado por mi propia experiencia. Bildad habla en Job 25: 5, 6. Las palabras de los amigos de Job no son acertadas, están fuera de la voluntad de Dios al dirigirlas como dardos contra el sufriente, y por esas palabras, que tan limpias y justas nos parecen, habrán de humillarse ante Dios, en arrepentimiento, si no quieren ser destruidos. Ten mucho cuidado con tu ortodoxia y tus grandes verdades. Ten mucho cuidado con tus conocimientos. El Tentador y Acusador, el Ladrón y Homicida, sabe usar y usa hasta la misma Palabra. Lo ves en las tentaciones de Jesús en el desierto, lo ves en el mismo Job. No vaya a ser que dañes a hermanos más débiles y los pierdas con tu erudición, tus conocimientos o tus experiencias o sentimientos en el Señor. No vaya a ser que juzgues y ataques al que es más justo que tú. Tenemos que ser humildes, estar a ras de suelo al menos. La Palabra de Dios no es un molde que se aplica en todos los casos, no es un manual de derecho, no seas tan simple. Espero poder hablar pronto aquí de cómo muchos cristianos nos tomamos las obras de la carne de Gálatas 5: 19 ss. como si fuera una ley de aplicación autómata de lo que no hay que hacer, cuando la primera parte del capítulo trata, precisamente, de la incapacidad del ser humano, del hebreo en este caso, de cumplir con la Ley de Moisés, de una ley más excelente que es la de la libertad (que no es excusa para satisfacer los deseos de la carne, y ahí vamos...).
     Pero podemos extraer verdadera enseñanza de las palabras de Bildad y recordar lo que somos delante del Señor. Que nuestros días son cortos, porque a causa del pecado nuestros cuerpos se corrompen, envejecen, enferman y mueren. Que no podemos competir en excelencia y luz con la luna, el sol y las estrellas, siendo estas nada en comparación con el Señor. Park nos lleva a Romanos 3: 23: ¿Qué podemos decir delante de Él? No tenemos justificación, salvo en Jesús, porque no tenemos excusa y a Dios no podemos engañar. ¿Cómo engañar al que ve en lo secreto y conoce las intenciones del corazón?
     Y para esto, Jesús se tuvo que humillar hasta el punto que se expresa en el salmo 22:6:

            Mas yo soy gusano, y no hombre;
            Oprobio de los hombres, y despreciado del pueblo.

     Debemos crecer, ser edificados y edificar. El Señor levantará nuestras cabezas si nos humillamos ante Él. Pero también somos seres en perpetua necesidad de restauración. Estamos siempre "en obras" y, en muchas ocasiones, "fuera de servicio". Acabo como Park, con Ro. 8: 21, 23:

… porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. […]; y no solo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestros cuerpos.

     Para el Señor, no somos gusanos. Somos verdaderamente preciosos a sus ojos. Por nosotros entregó a su Hijo. Él nos levantará, como levantó a Jesús de entre los muertos.

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NOTAS:
1. PARK, S. STUART: Desde el torbellino. Ediciones Camino Viejo. Primera edición, Valladolid, marzo de 2012; p. 299.

Texto: José Alfonso Bolaños Luque
Imágenes: photopin.com 


¿QUIÉN CONTRA NOSOTROS?

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SI DIOS ES POR NOSOTROS, ¿QUIÉN CONTRA NOSOTROS?

Esta frase condicional e interrogativa se halla en Romanos 8:31. Aparece en el contexto de la justificación por la fe en Jesús, y es lanzada como reto a sus lectores, pues es presentada en ese mismo versículo una pregunta que debe ser contestada en nuestras mentes y en nuestros corazones: ¿Qué, pues, diremos a esto?, y ese "esto" se refiere a la argumentación anterior y a la frase lapidaria: Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 47580668721 3d28b832ed
     Yo siempre lo he entendido, y lo sigo entendiendo, como una falsa condicional y una falsa pregunta. "Si Dios es por nosotros" para mí no ofrece dudas: ¡Dios es por nosotros! Está a nuestro favor en cuanto depositamos nuestra fe en Jesús, propiciación por nosotros para nuestra justificación, y expiados nuestros pecados. ¡Él nos ha dado a su Hijo! ¡Claro que Dios es por nosotros! Y luego, la pregunta "¿quién contra nosotros?" es sencillamente retórica, no espera respuesta, sino un asentimiento. ¿Quién contra nosotros, con Dios de nuestra parte? Nadie. Nadie puede vencernos ni hacernos resistencia con Él de nuestro lado: tenemos a Jesús a nuestro favor, Él nos defiende de todas las acusaciones, somos librados de condenación y muerte. La frase, así, se podría reformular de la siguiente manera: "Dios es por nosotros, no triunfará nadie que se nos oponga". Estamos justificados ante los ojos de Dios.

     Pero este versículo nos puede seguir beneficiando si observamos matices. Por ejemplo, si no tratamos la pregunta como retórica, sino como interrogación real. Y obtenemos varias respuestas.
     En primer lugar, si Dios es por nosotros, obviamente contra nosotros está el que se opone a Dios, es decir, Satanás. Él es el enemigo de Dios y, por tanto, ahora también es el nuestro. ¿Y qué hace contra nosotros? Pues está como león rugiente a nuestro alrededor, buscando nuestra debilidad para destrozarnos. Aquí en estas líneas de Romanos lo vemos como el Acusador: él es quien acusa a los escogidos de Dios ante Dios, pero Dios, el juez, está por nosotros, porque nuestro abogado defensor es Cristo Jesús, por eso todo este pasaje de Romanos nos tranquiliza y nos hace regocijarnos, y Ro. 8:31 podría convertirse en un lema que lo concentra, un versículo para tener en mente.
     El diablo, cuidado, antes de Acusador es Tentador: nos tienta para que caigamos, y una vez caídos, va y nos acusa. Es Mentiroso. Y es Ladrón y Homicida.
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     Por otra parte, encontramos otra respuesta a esta pregunta. Si te gustan los enigmas, te alegrará descubrir que la respuesta a esta pregunta está en la misma pregunta. Si dejas que resuene en tu mente como un eco, hallarás que la última palabra es la respuesta: "Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? Nosotros". Nosotros mismos podemos jugar en nuestra contra, y de muchas maneras. Comenzaré poniendo un ejemplo personal muy doloroso, una experiencia muy amarga en mi vida. En las alianzas de mi esposa y mía teníamos este lema inscrito, en latín. En una ponía SI DEUS PRO NOBIS y en la otra QUIS CONTRA NOS? En la mía estaba la prótesis condicional y en la de ella la apódosis, que es la pregunta, justo al contrario de como las teníamos en nuestros anillos de compromiso. Por supuesto, le habíamos dado un sentido de pareja a este versículo, trastocando un poco su sentido original, pero manteniendo la base de que ella y yo éramos, y somos, cristianos. Ese nobis, ese nos, éramos mi esposa y yo. No sé si saben que a día de hoy estamos divorciados. Divorciados a mi pesar. Un par de años antes del divorcio, a medida que nuestra relación se iba degradando, resonaba potentemente en mi cabeza: "SI DEUS PRO NOBIS, QUIS CONTRA NOS? NOS". Nosotros. Nosotros estábamos jugando en contra de nuestro propio matrimonio. Si van a internet y buscan las conferencias que sobre el divorcio tiene Pablo Martínez, y sobre el matrimonio, verán cómo hace referencia a la importancia del "nosotros": no somos "tú" y "yo", somos "nosotros".
     Igual en la iglesia, en las comunidades cristianas: no somos "tú", "tú", "tú" y "yo", somos "nosotros", un cuerpo con distintos miembros. ¿Qué sucede si nos atacamos unos a otros, si nos comemos unos a otros?
     Y en lo personal, igual: "Si Dios está por ti, ¿quién contra ti? No vayas a ser tú mismo: con tu pecado, con tu egoísmo con tu carácter descontrolado, con tu falta de disposición a obedecer. Cuidado, porque Dios está por nosotros en cuanto a la justificación, pero eso no significa que esté a favor de nuestras decisiones, gustos, opiniones, apetencias o línea doctrinal. Si lo vemos desde este punto de vista, ese "Si Dios es por nosotros" sí es una verdadera condición y habría que ver si verdaderamente Dios está a nuestro favor para según qué temas. Ahí somos nosotros quienes debemos buscar su voluntad y someternos a ella.

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Texto: José Alfonso Bolaños Luque
Imágenes: photopin.com 

martes, 1 de enero de 2019

Mis textos de la segunda mitad de 2018 (mi año más largo)

CUATRO POEMAS Y UNA ORACIÓN


Introducción

Superar exige asumir, no pasar página o echar en el olvido. En el caso de una tragedia requiere, inexcusablemente, la labor del duelo, que es del todo independiente de que haya o no reconciliación y perdón. […] El duelo no es ni siquiera cuestión de recuerdo: no corresponde al momento en que uno recuerda a un muerto, un recuerdo que puede ser doloroso o consolador, sino aquel en que se patentiza la ausencia definitiva. Es hacer nuestra la existencia de un vacío.


CARLOS PIERA: "Introducción" a  En los ojos del día: antología poética
de Tomás Segovia, que yo he tomado a su vez de Los girasoles 
ciegos, de Alberto Méndez, su único preliminar.


2018 ha sido el año más largo que jamás he vivido hasta ahora, incluidos los de mi infancia. Se sucedían, superada esta, uno detrás de otro casi sin darme cuenta y el año en que cumplí 42 ha sido intenso día tras día. Un año de bello reencuentro con mi Señor, al que nunca he dejado de amar, a través de un desierto de desconcierto y dolor.
     Sus primeros días fueron los típicos de celebración, pasamos en Vallejera de Riofrío (Salamanca, cerca de Béjar) el fin de año, vimos la Cabalgata de Reyes aquí en Gines (Sevilla). Casi de inmediato, mi matrimonio se resquebrajó. No entro en los detalles. Hasta finales de abril, todo por mi parte fueron vanos intentos por una reconciliación complicada, negada por la otra parte, y de cambiarme a mí mismo. Momentos de desconcierto, amargura, soledad, y a veces casi supervivencia. Hasta que toqué mi fondo (espero que haya sido ese mi fondo). De esa primera parte del año tengo poemas y textos, algunos reflejan esta situación, pero fueron pocas mis creaciones, como venía sucediendo en los últimos años.
     A partir de finales de abril decidí buscar ayuda. Dejarme ayudar por diversas personas. Realmente, di el paso impulsado por el Señor. Él me tomó mientras me sumergía, me sacó y pasé largos días aferrándome a Él todo lo que pude: preciosos momentos de intimidad regados por muchas, muchas lágrimas que solamente Él vio. El salmo 40, al que me llevó una sierva suya, se ha convertido en uno de los que ahora entiendo de mejor forma, más plena e intensa, y de los más significativos para mí. De esta otra parte de 2018 solamente hay cuatro poemas originales míos, que traigo aquí con aclaraciones previas. Y también una oración (un texto lírico en prosa en el que, al menos al final, me dirijo a Él). No es exactamente una oración, aunque la contiene. Una confesión íntima, más bien. Espero compartirla el domingo 6 de enero de 2019 como testimonio a mis hermanos de la Iglesia Evangélica de Coria del Río.
     El divorcio se firmó de mutuo acuerdo en septiembre: aun en ese momento, el de la firma, le recordé que la reconciliación era posible, conmigo sí. Se ratificó en octubre en los juzgados, con alguna modificación. La sentencia llegó en diciembre.
     Yo nunca quise la disolución de mi matrimonio. Me ha costado mucho asimilar mi nuevo estado de divorciado a mi pesar, y, una vez asumido, cuál es mi posición y perspectiva delante de Dios al respecto. Gracias a los que me asisten, y su entendimiento bíblico, su lucidez al leer tanto mi situación como las Escrituras, puedo a día de hoy sentirme divorciado. Mi matrimonio ya no existe tampoco a nivel espiritual, he dejado de ser una sola carne con ella. Su persona sigue siendo fuente de preocupación para mí y motivo de oración. El dolor se va mitigando; la cicatriz queda para siempre.



POEMAS DEL FINAL
Mis últimas ahoganzas, definitivamente

          I 

DERRUMBE

Cuando compuse este poema estaba muy reciente el derrumbe del puente de la autopista en Génova, probablemente lo escribiera en agosto. Coincidía con la idea de que todas las estructuras en mi familia y un poco en mi vida estaban caídas, destruidas. 

Se han derrumbado las estructuras.
Caen los puentes,
las pasarelas,
de repente, con estruendo,
destrucción y caos,
sombra de muerte.
Las ruinas quedan desperdigadas, 
amontonadas;
se escuchan los lamentos;
hay quienes no saben,
aún no son conscientes;
hay quien está lejos,
hay quien corre incierto...

          II

SEIS DE OCTUBRE DE 2018

Todo se ha vuelto emotivo,
todo connota:
todo pincha, todo quema, todo duele.
Mis gafas viejas se rompieron ayer,
no sirven para nada, no quiero que se tiren,
¡son de 2015!, y en 2015
estábamos juntos, son las que recuerda siempre
mi hija pequeña verme puestas.
Transito por la casa, tu sombra sigue allí:
nuestros perros,
nuestros árboles,
nuestras plantas,
nuestras preciosas tazas de café
ya descoloridas,
la cocina que elegimos,
todo el cúmulo de bultos de la mudanza,
el colegio de las niñas que tan felices nos puso
(esta casa la elegiste tú),
las cortinas y estores que están puestos
y los que nos faltaba elegir para poner,
escuchar la radio por las noches,
escuchar que nos despierta la pequeña los fines de semana
y despertar nosotros a su hermana mayor,
los churros los domingos para desayunar
viendo por la tele un programa de perros,
ir al súper y ver los productos que comprábamos,
para hacer de comer, para limpiar, para que la ropa huela bien;
las calles por las que camino,
el interior del coche,
la luz y el clima,
qué hacer con mi tiempo,
los libros, los bolis, las libretas
(ni siquiera hablo de fotos),
la cada vez menos ropa tuya que va quedando,
tu hueco del armario,
usar nórdico en vez de manta,
usar viscolástico, usar la almohada,
todo, ¡todo!, es una permanente bofetada,
hacer de comer en la Thermomix es un puñetazo en el estómago,
la Thermomix que compraste tú,
ver cómo los perros se cargan el papel pintado que sobró
y que aún guardábamos por si acaso,
una patada en la boca.
Paliza tras paliza, ¡qué terrible
escuchar a tus hijas decir
que echan de menos que estemos juntos!
¡Qué felicidad, sencillamente,
sólo y sencillamente,
estar juntos!
Todo es emotivo, todo connota,
hasta mi cara en el espejo es un recuerdo.

          III

AUSENCIA BRUTAL
           12-10-2018

     No es lo que veo
porque nada destaca, todo evoca y entonces
nada evoca. No es lo que veo,
sino lo que no veo;
no es lo que oigo,
sino lo que ya no escucho;
no es lo que espero,
sino lo que no me espera.

     No habrá desánimo,
ni desaliento,
así mi pena es más auténtica y guardada,
dejada en la profundidad de las cosas verdaderas,
guardiana de dulzuras y privilegios pasados
que nadie habrá de profanar,
ni tan siquiera mi yo ni mi nosotros de ahora.

     Solamente que tengo que hacer el gran esfuerzo
de seleccionar qué poquitos objetos,
lugares, situaciones, elementos,
podrán arrancarme lágrimas, porque todo,
ahora mismo todo,
absolutamente todo
eres tú,
la que no estás;
material o inmaterial, todo
activa en eco tu presencia.

          IV
VIAJE A LORCA UN INSTANTE Y VUELTA CON LAS NIÑAS
                        14-10-2018

Ella tenía a las niñas tan lejos... Y cuando vino a Sevilla a por ellas, tan delgada, se mareó y flaqueaba. En contra del sentido común, y también porque mis hijas hicieran un mejor viaje, accedí a recogerlas en una localidad relativamente cercana a ella, Lorca. Me desperté de madrugada, con la idea de llegar de mañana allí: salí de noche. Pero en esa noche y  en ese principió de día llovió de forma extraordinaria. La oscuridad y la lluvia no me permitían ir rápido; paré por el camino hasta tres veces. Escribí este poema en una de esas paradas.

Voy para allá
tan temprano... Si
al menos amaneciese ya
(¿y la luz?)
y esta oscuridad terrible se desvaneciese,
iría más veloz a vuestro encuentro,
a pesar de la incesante lluvia
y a pesar de mi incesante llanto,
y a pesar del ensueño de un instante:
volver cuatro, cuatro juntos,
volver nosotros sin
mutilación.
     
     Voy para allá, ¡qué terrible oscuridad!, si
al menos
amaneciese ya...


RECUERDO, CONFESIÓN, ORACIÓN

Intensamente, oraba por un milagro que aún no ha llegado, si es que tu respuesta no ha sido directamente no. Mi alma clamaba a Ti, buscando con desesperación tus brazos, aunque ya me tenías entre ellos, como un bebé tomado y apretado contra el pecho de su madre pero que todavía continúa su llanto por su desconcierto inicial. Y la mamá empieza a mecerlo, a susurrarle, a hacerle notar a través del tacto de todo su cuerpo que "ya, ya, ya", "ya está, ya estás conmigo". Así estaba yo Contigo, en oscuridad de desconocimiento, con persistencia en gestos de quien se ahoga a pesar de hallarse al fin fuera del agua: mi llanto Tú lo oías. Me escuchaste, me escuchas, me trajiste a tu regazo, a la suavidad de tus brazos poderosos, al calor de un amor incontenible.
     Mi clamor solicitaba un milagro: Que mi sola carne, deslindada de mí, volviera a serlo. Que se produjese una reconciliación entre ambos. Y Tú me oíste. Y lo que hiciste fue reconciliarte conmigo. Pedía reconciliación con mi esposa, que ya no lo es, y Tú hiciste que nos reconciliáramos nosotros. No te olvidaste de mí. No me repudiaste a pesar de mí mismo y de mis actos. Cuando te llamé, viniste. Y me sacaste de las arenas movedizas, tomándome del brazo, con el fango en la barbilla. Me sacaste, me salvaste, me curaste, me limpiaste, y estás reconciliado conmigo. ¿Y ahora qué digo? Balbuceo como un bebé...
     Movilizaste a tu gente por mí, sólo para mí. Mi Médico, que me observaba constantemente, diste órdenes a tus enfermeros para que trabajasen en mi cuidado. ¡Y con urgencia! Y ellos te obedecieron. Y, General del Gran Ejército, mandaste tropas para resistir el asedio y, después, expulsar a todos los invasores. Hasta no quedar ninguno.
     Te pedía el milagro de una reconciliación y Tú me la has dado. ¡Gracias, mi Dios, glorifícate en mi vida! 





                                                             José Alfonso Bolaños Luque