¿SE PUEDE SER CRISTIANO EVANGÉLICO Y POLÍTICAMENTE DE IZQUIERDAS EN DEMOCRACIA?
La respuesta a esta pregunta es la misma respuesta a ¿Se puede ser cristiano evangélico y políticamente de derechas en democracia?
PONIENDO LAS BASES DE LA REFLEXIÓN
Y decimos "en democracia" porque, desde luego, no creemos compatible la entrega a Cristo y el sostenimiento de ideologías radicales y personalismos propios de las dictaduras, ya sean estas de derechas, de izquierdas o de lo que se quiera. El autoritarismo atenta contra la integridad física, moral e intelectual de los individuos que componen una sociedad, le resta o anula la libertad de expresión, de culto y de otras muchas cuestiones (incluso laborales y familiares). El siglo XX y los albores del XXI nos dan cumplida cuenta de lo tan terrible que es para el individuo, para las personas, y en particular para los cristianos evangélicos, cualquier clase de dictadura, ya sea de izquierdas (Cuba, la URSS, Corea del Norte, ...), ya de derechas (la Alemania nazi, la Italia fascista, la España franquista, Chile y la Argentina de hace no mucho, ...).
Es obvio que para los creyentes que huyen de estas terribles tenazas dictatoriales debe de ser automático asociar la ideología que la respalda al mismísimo mal y, por el mismo razonamiento intelectual y emocional, situar el cristianismo en el lado contrario. Y es comprensible. Que se lo digan, por ejemplo, a los creyentes cubanos de Miami, si no les parece, no el marxismo o el comunismo, sino cualquier atisbo de progresismo, totalmente contrario al cristianismo. Pero claro, también que nos lo digan a nosotros, tras tantas décadas de franquismo, que nos lo digan a nosotros. Las primeras libertades civiles y de culto para los evangélicos españoles vinieron de la mano de la II República y, si bien las facciones comunistas, socialistas y anarquistas que combatieron en la Guerra Civil eran declaradamente ateas, desde luego el bando nacional no fue otra cosa más que un mazazo y un cierra España a la difusión del Evangelio en nuestro país. Lo que pasa es que ya nos faltan nuestros hermanos que lo sufrieron, y bien sufrido. Y bien sufrido.


LAS RESPUESTAS A LA PREGUNTA
Y ahora, a ver si soy capaz de responder a la pregunta formulada en el título.
¿Respuestas, en plural?
No es mi intención ni ser ni parecer ecuánime o equidistante, así que aclararé por qué doy varias respuestas por capas o niveles. Esto es porque la respuesta puede ser una u otra según el punto de partida, de los parámetros que manejemos. Así que hay que ir dejándolos claros para que luego no nos enzarcemos en diálogos de besugos, donde posturas enfrentadas realmente se basan en criterios muy distintos para sostenerse frente a otras. Según dichos criterios, que debemos adoptar como punto de vista y marco referencial, la respuesta es sí, no o depende. Veámoslo.
Primera Respuesta: NO
Alguna vez se ha oído decir que los cristianos no somos ni de izquierdas, ni de derechas, sino de arriba. No debemos mirar horizontalmente a ideologías humanas, sino nuestra mirada tiene que estar puesta siempre en Dios y nuestro esfuerzo en hacernos "tesoros en el cielo".
Bueno, ¡qué decir a esto! Es una forma de ver el asunto que respeto, y asimismo respeto al hermano que decide tomar este axioma y no implicarse ni activa, ni pasiva, ni mentalmente en cuestiones políticas dirimidas en izquierda y derecha. Concuerdo, además, con esta visión, si ideología de izquierdas o ideología de derechas rebasa los límites de lo funcional, de lo político stricto sensu, y se erige en una ideología totalizadora que abarca todos los campos del ser individual y social. Cuando esta ideología se debe aceptar o rechazar en todos y cada uno de sus puntos, y es de aplicación a cualquier cosa y a todo, entonces desde luego, un cristiano sincero ahí no pinta nada. Es imposible, porque la ideología política empieza a invadir el campo de la fe, de lo íntimo, del arte, de la estética, de todo, basándose en presupuestos parciales que se hacen totales, y además, y sobre todo, porque ningún pensamiento humano puede equipararse a la fe en Cristo, ni suplantarla, ni modificarla, ni ponerse por igual o por encima (1), y esto porque no operan en el mismo sentido ni sobre los mismos ámbitos.
Quiero decir que, por ejemplo, puede explicarse la economía en términos económicos, pero no puede explicarse todo (la ciencia, el arte, la literatura, el sentimiento, las creencias, los gustos, ...) en términos económicos, como hace el marxismo puro. En ese caso, el marxismo acaba siendo un dogma de fe que pretende explicarlo todo de manera infalible y sin excepción en términos de lucha de clases y su dialéctica. Asimismo, gobernar la economía en función de pruritos y planteamientos tradicionalistas, moralistas y religiosos puede conducirnos a una debacle económica, social y política, y, si no, que se lo digan a los pobrecitos españoles del siglo XVII.
Tampoco ningún sistema político es perfecto o "divino", ni siquiera la democracia, y, como los mismos expertos en la materia señalan, la democracia es, en todo caso, el sistema "menos malo" que los seres humanos hemos sabido encontrar para organizarnos. Los cristianos evangélicos españoles debemos ser agradecidos por vivir en democracia, porque gracias a ella tenemos libertad de culto y de expresión, a pesar de las muchas deficiencias e injusticias que podemos encontrar en ella. Pero, como bien apunta Augusto Cury en El Maestro de las Emociones, la democracia política produce libertad de expresión, pero no logra producir libertad de pensamiento, señalando que la riqueza material, el acceso a la alta tecnología y la democracia política no son suficientes para mejorar la calidad de vida síquica y social del ser humano. La democracia no es la panacea, y en democracia hay muchas personas vacías e infelices como las hay plenas y dichosas en la opresión y la pobreza. Y los males del materialismo atroz al que nos vemos sometidos están ahí, son claros y obvios, y estos están muy asociados al capitalismo, eso está claro. Pero gracias a Dios por poder vivir en una sociedad democrática, y ojalá sepamos aprovechar esta libertad humana para poder difundir la Palabra en la más absoluta libertad política.
Para los que relacionan el buen gobierno con la monarquía absoluta, ya que Jesús es el Rey de Reyes, tiene un Reino que hay que expandir, y los fieles reinaremos con Él, cabe decir que no es lo mismo este reinado que los reyes humanos, desde luego. La monarquía se instaura en el Israel bíblico, recordemos, porque el pueblo quería ser como los de alrededor, y esto no fue bien visto por el Señor, quien debía ser rey sin par, y se lo acaba otorgando a modo de concesión, no sin la advertencia de los problemas que surgirán de tal capricho. No hay más que repasar la Biblia. La verdadera teocracia es dejar que Cristo nos gobierne, que seamos por completo un Reino donde Él reine. No es teocracia el gobierno de un rey humano que se cree enviado de Dios, que cree actuar por su gracia. Eso es lo que hacían los faraones y los césares. La verdadera teocracia es íntima, es personal, es conductual y es eclesial, no es el teocentrismo medieval.
Si, desde luego, consideramos cualquier ideología humana (política, filosófica, estética o lo que quieras) como una guía total, dogmática, y de aplicación a todos los ámbitos de la vida, claro, la respuesta es NO, pero ni de izquierdas ni de derechas. No hay sustituto de la fe, ni nada que lo englobe o se considere por encima. Cristo cambia la vida, y le da un sentido nuevo. Estamos en el mundo, pero no somos del mundo, es, sin duda, el mensaje evangélico que nos advierte de esto. Maldito el hombre que confía en el hombre.
Segunda Respuesta: DEPENDE.
Hay un problema muy serio en la España del siglo XXI, bueno, o tal vez en todo el mundo en todas las épocas: las ideologías políticas traen consigo un elenco de ideales y convicciones que vienen empaquetadas y etiquetadas. De manera que, de un modo grosero, si eres de derechas eres católico, antiabortista, homófobo, machista, liberal desde el punto de vista económico, tradicionalista, xenófobo, opresor del obrero, defensor de la propiedad privada y más, todo junto. Y, del mismo modo, si eres visto como de izquierdas, eres de golpe, y sin que nadie te pregunte, ecologista, feminista, proabortista, estás de acuerdo con que se paguen un montón de impuestos para afrontar gastos sociales, anticapitalista, antitaurino, animalista, laico (si no ateo), propalestino, etc. Todo de golpe. Las dos Españas (que había tres, por cierto). Claro, así empaquetado, ¿dónde encaja un creyente? Bueno, ¡¡dónde encaja cualquiera!!
Si en democracia hay libertad de expresión, yo quiero ser librepensante, es decir, quiero aprovechar para ejercitarme en la libertad de pensamiento que decía Cury. Esto implica análisis de cada tema y la toma de una postura (o de un suspenso de tal postura hasta tenerlo más claro) de forma crítica, meditada, seria y sin los sesgos del grosso modo. Desde este punto de vista, abrir nuestras biblias y buscar versículos y leerlos por nosotros mismos mientras escuchamos una predicación es un claro ejercicio de esto. Debemos observarlo todo y quedarnos con lo bueno. Estamos a las órdenes del Señor, no estamos para seguir la manada de borregos o adscribirnos ciegamente a dogmas o criterios humanos. Y realmente, salvo que uno sea verdaderamente un "político" (que la da igual los medios para alcanzar los fines), pocos cumplen con todos los criterios del empaquetado. Hay homosexuales declarados en el PP (y ateos), y católicos y protaurinos en PSOE, por ejemplo.
Decía C. S. Lewis, si no recuerdo mal en Mero cristianismo, que un cristiano, en realidad, es de derechas en lo moral y de izquierdas en lo social. Y por ahí van los tiros en la respuesta "depende".

15 Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos.
16 Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo;
17 aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.
18 Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
La limpieza moral está aquí en estrecha relación con lo que hoy en día se llama justicia social. Pero es que el mismo Señor Jesús ya lo dijo: no se puede servir a la vez a dos señores, no se puede servir a un tiempo a Dios y a las riquezas (Mt. 6: 24).
La Biblia avala la propiedad privada, pero no el amor al dinero ni la injusticia social. Jesús creó un grupo de discípulos cercanos que venían de distinto extracto social. Sin duda, sus ideas político-sociales eran diferentes. Pero habló muy claro de los amantes del dinero.
También en Proverbios (12: 10), por ejemplo, se habla muy claro en contra del maltrato animal, por más que se ofrecieran sacrificios en el templo. Es reconfortante saber que Dios cuida de los pajarillos, pues esto significa que también cuida de nosotros. Por poner ejemplos de temas que ahora están en el paquete izquierdo.
No me gusta que me clasifiquen, detesto que se haga, tanto por mi apariencia física y temperamental como por la expresión de una opinión en un tema concreto. Me parece un verdadero insulto y un desprecio a mi individualidad y mi inteligencia que se saque un supuesto ovillo tirando de un hilito. No acepto ningún paquete. No lo aceptaba Unamuno, ni Lewis, ni los personajes, cristianos o no, que pueden considerarse inteligentes y sabios. Imagino que, como Unamuno, debo de caerle mal a todo el mundo. A nivel personal, podré decir que me resulta muy chocante (incluso a veces divertido) observar cómo las personas que tratan conmigo, todas creen en una primera impresión que comparto sus ideas políticas y su cosmovisión vital. Pero eso les pasa por etiquetarme.
Realmente, la verdad, me parece que es mi obligación observar, reflexionar y meditar críticamente, punto a punto, cada tema, y forjar una opinión luego fruto de esa reflexión sin buscar concomitancias ni empaquetados. Obviamente, uno va tomando determinados derroteros mentales y vitales, y es lógico que muchas opiniones, que no todas, coincidan en una línea de pensamiento. Pero esto no es obligatorio, ni lo contrario me convierte en un hipócrita o en incoherente. No veo contradicción en que, por ejemplo, una persona muy católica esté en contra de que se imparta religión en la Escuela (porque piense que su fe es de ámbito restringido a la iglesia y no debe entrar en lo público), o que alguien pro-vida sea antitaurino y ecologista, por decir algo.
Desde luego, yo particularmente coincido bastante con Lewis en eso de "de derechas en lo moral, de izquierdas en lo social", aunque con excepciones y sin asumirlo como un axioma.
Tercera Respuesta: SÍ
Puestas todas estas bases, desde luego un cristiano evangélico español puede ser de derechas, declarada, prudente o solapadamente, pero no tiene por qué serlo. Digo esto por aquellos hermanos míos que lo tienen asociado, no entiendo bien por qué, salvo por alguna bombilla mental por cambiarse. Propagar esta idea es de una enorme irresponsabilidad. Como cristiano evangélico que soy, la verdad, hay veces en las que siento vergüenza de determinadas noticias que proceden de EEUU, cuando observamos a iglesias protestantes apoyando declaradamente a candidatos republicanos y asociando muy a las claras religión con Estado, algo bastante peligroso (un Estado ideal, utópico, cargado de valores inamovibles, poco considerado con el prójimo y muy ajeno a la realidad que debe observarse). No es lo mismo ser creyente y de derechas (y votar lo que quieras), que igualar el cristianismo a cualquier idea política. Y digo que paso vergüenza por cuanto están instalados en una radicalidad que, al tiempo que rechaza el aborto, la homosexualidad y el ateísmo, pongamos por caso, defiende sin ambages la pena de muerte, el racismo más brusco y el uso de armas de fuego, con un lenguaje además muy agresivo y poco dialogante, y en un tono de ridícula exageración. Hace mucho tiempo un hermano norteamericano me abroncó por mencionar el nombre "Ché Guevara" sin exaltarlo ni decir nada bueno de él, simplemente por mencionar su nombre en su casa; por otra parte, era un verdadero fan de la aviación militar y de toda cuestión marcial. Estoy convencido de que él considera que su idea de Estado y de gobierno político (¡y militar!) es la que Dios quiere, en su absoluta totalidad empaquetada.
Si entre nosotros nos permitimos ya agrias discusiones e inaceptables comentarios a cuento de temas bíblicos que no son para edificación, generalmente interdenominacionales y sobre temas que a la postre son nimios (ya le advertía Pablo a Timoteo que huyera de estas cosas, y a nosotros también), lo que nos faltaba es la manipulación, intencionada o no, de la fe con fines políticos, a un lado o a otro, siempre hablando en democracia, como apuntamos al principio: angelizando a uno y demonizando al otro, siendo todos ellos ideologías humanas. No se me olvida la vergüenza ajena que pasé hace también ya muchos años cuando, en un encuentro de evangélicos españoles, los del Barça (habían ganado la liga) chinchaban con muy mal gusto a los del Madrid, a voz en grito y a golpe de tenedores en las copas, a la hora de la comida. A mí ni plin, porque soy del Betis y me caen bastante mal estos dos superpoderosos del fútbol, pero fue una situación tan ajena al motivo por el que todos estábamos allí, tan imprudente, tan falto de amor, ... Lamentable. Y es fútbol. (2)
Así que, dicho todo esto, en el contexto de pensar como ciudadano qué partido político me parece mejor o "menos malo" para gobernar con buen criterio este país, sin que votarles signifique aceptar paquetes completos con etiquetas, ni la asunción de todos y cada uno de sus puntos ideológicos, ¡por supuesto que un cristiano evangélico puede ser, en este sentido, de izquierdas! Y, en el mismo contexto, de derechas. Conoces a unos y a otros, te des cuenta o no. Los hay fríos y también activos en la iglesia tanto de un lado como de otro. Hay grandes prohombres entre los evangélicos españoles que, si eres observador, te darás cuenta del lado político que, bajo este marco, se encuentran a nivel personal. Todos grandes siervos de Dios.
No podemos dejar de amarnos por este motivo. ¡Qué error! Y, por supuesto, oraremos por nuestros gobernantes, y los obedeceremos en todo lo que no choque con lo que nos manda el Señor. Porque somos ovejas de su rebaño. Pero no borregos de otros. Y la mezcla de churras con merinas nunca ha dado buen resultado.
NOTAS
(1) Como por ejemplo hace la masonería, en el sentido que un masón puede tener la religión que quiera, o ninguna, pues la masonería ofrece una ideología y unas normas que superan a la religión, situándose intelectual y moralmente por encima. Por eso un creyente sincero no puede ser masón, desde mi punto de vista, porque hacerlo supone aceptar que Cristo no le es suficiente para perfeccionarse, subestimándolo.
(2) Por cierto, soy del Betis, y no soy rociero, no participo de la Semana Santa sevillana, etc., etc. Y no soy radical. Lo digo por lo de los etiquetados.
Texto: José Alfonso Bolaños Luque
Imágenes: http://photopin.com
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