TIPOS DE FARISEOS
(TIPOS DE RELIGIOSOS)
Encontramos en El Libro de los Entretenimientos (Editora Nacional, Madrid, 1983), de Yosef ben Meir ben Zabarra, autor judeo-español, el siguiente fragmento sobre tipos de fariseos:
Era uno de los fariseos que comía el pan del duelo y bebía el vino de los multados, que robaba los corazones de los hombres. Como un fariseo del tipo "sikemita" que actúa según la historia de Sikem, que circuncidaron la carne de sus prepucios no para gloria del Creador sino por amor a
Hămor y Sikem. Como un fariseo de tipo "niqpî", que se golpea los pies y dice a la gente: "no puedo permanecer ni caminar sobre mis pies porque me fatigué al ir a un lugar lejano para comprar el limón y la palma o para bendecir una circuncisión o una boda". Como un fariseo de tipo "qîz’aî", como un fariseo que se humilla o como otros fariseos que alejan sus corazones del bien y se adhieren al mal.
Es un texto, desde luego, que suscita muchos pensamientos y analogías, aunque yo sugeriría que nos examinásemos a nosotros mismos antes de ver la paja en el ojo ajeno, y reflexionemos por un momento qué hay de sincero y qué de salvaguarda de imagen proyectada a otros en nuestros actos y comportamientos relacionados con nuestra fe. Es decir, que observemos con severidad nuestras motivaciones y el objetivo que persiguen nuestros pasos. Muchos pasajes, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, podrían relacionarse con este fragmento. Aquí os dejo algunos, muy célebres, por otro lado.
Oseas 6: 6
Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos.
Marcos 12: 33
... y amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios.
Isaías 1: 11-17
¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios? No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos. Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.
Santiago 1: 19-27
Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios. Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas. Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace.
Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana. La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo.
Mateo 6: 1-8
Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.
Mateo 15: 7-9
Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
Este pueblo de labios me honra;
Mas su corazón está lejos de mí.
Pues en vano me honran,
Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.
Texto: José Alfonso Bolaños Luque
Imagen: http://photopin.com
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