miércoles, 6 de agosto de 2025

LO BUENO DE LAS ORTODOXIAS Y LOS DOGMAS

Lo bueno de las ortodoxias, los dogmas y las tradiciones es su efecto formol, que no pueden evitar por su propia naturaleza. Bueno, eso y que ofrecen una estructura estable percibida como verdadera, inapelable y que puede resolver todo con un a, b, c parsimonioso, una necesidad muy infantil esa, la de la red de seguridad abajo, imprescindible para cualquier inicio pero que impide la madurez si se desea progresar algo. Pero, ¿quién lo desea, con lo a gusto que se está así?

     Si una ortodoxia se fundamenta en revelaciones, transmisiones y textos, hay aspectos a los que no puede renunciar aunque contradiga a la verdad general que desea transmitir. A veces lo hace de manera fosilizada, y por lo general requiere de un gran esfuerzo de encaje exegético, las interpretaciones que hay que dar para que quepan dentro del molde expuesto y así "demostrar" que no existe ninguna contradicción.

     Se intentan manipular, claro, de forma sutil o descarada. Pero ellos mismos se ponen el límite, por más capas de barniz anacrónico que se les pase por encima. Especialmente si un pilar de esa ortodoxia es el respeto por los textos, orales o escritos, y aún más si se catalogan de sagrados. Me refiero a cualquier ortodoxia, de cualquier religión e ideología política. Si hablo de la Biblia, es porque la conozco bien, no por tirria ni ningún otro motivo que no sea el ilustrativo. Las ortodoxias judeo-cristianas montan primero los raíles y luego tratan de que las ruedas de sus textos encajen en ellos. Y cuesta. Por el efecto formol: por más que se establezca un canon, se elijan las copias y traducciones más adecuadas, los siglos pasan, la ortodoxia cambia, el mensaje cambia, el texto permanece. Por eso se cuelan inevitablemente, aunque omitiendo y silenciando mucho, o con lenguaje indirecto, o con interpretación del acontecimiento, ese Melquisedec, un Samuel muerto transmitiendo un mensaje de parte de Dios a través de una vidente, un ángel que remueve un estanque para sanar al más rápido (cruel competición), Elohim (que es un plural), un Evangelio gnóstico junto a los sinópticos, un sacrificio humano digno de los mejores mitos griegos, magos egipcios haciendo milagros también, un pueblo politeísta y polígamo desde el principio, un Eclesiastés contradictor y el hombre más sabio del mundo por don divino que, en esa sabiduría, acaba rindiendo culto a dioses de diversas partes del mundo que conocía, un Cantar descafeinado por el bla, bla, bla incesante de pudibundos sin vergüenza, etc., etc., etc. 

      Y así con todas las demás ortodoxias, dogmas e ideologías. Seguro que puedes encontrar contradicciones así en cualquiera de ellas, que preservan en una cápsula intemporal conocimiento y hechos que, de otro modo, no sabríamos.

lunes, 9 de junio de 2025

LA SEXUALIDAD EN RELACIÓN CON EL DESPERTAR DE LA MADUREZ: BREVE APUNTE DEL "GILGAMESH" EN COMPARACIÓN CON ALGUNAS REFERENCIAS BÍBLICAS

 El Gilgamesh no es cualquier libro, ni mucho menos. Nos traslada a una primera mitología y una primera epopeya de la civilización que empezó a escribir, que sepamos: Sumeria. Yo lo leí hace ya un tiempo, no recuerdo la fecha, entre 2015 y 2017 probablemente, en la edición de Stephen Mitchell (Alianza Editorial; Madrid, 2004). Y como ahora estoy con eso de releer los libros que están en la base bibliográfica de Amae pop blue (y este lo está, como lo está la Biblia, y se pondrá más de manifiesto en el Volumen II vía Ugarit y Nikkal) y a un tiempo con eso de tragarme un vídeo tras otro sobre civilizaciones antiguas (y, claro, aparece el Gilgamesh en uno de ellos), pues vuelve impelente el impulso de acercarme a él de nuevo. A su lectura tranquila: apunta hacia el verano que eso suceda.





     De esa época de mi primera y hasta ahora única lectura de esta ancestral historia fueron unas palabras que escribí de determinado episodio, del principio del poema, y que conecté tanto con la Biblia como con intentos de exploración de significados sobre las relaciones y el sexo en mi interior, en una época en la que mi fe cristiana (evangélica) estaba bastante robusta y, por eso, por su fortaleza, no se conformaba, no se encerraba en la celda del ermitaño para no querer saber nada del mundo, tanto exterior como íntimo, con ese tan mal traído que estamos en el mundo pero no somos del mundo, un versículo-excusa, como tantos otros, para mil zarandajas de cada cual. ¡Claro que somos del mundo!, diría yo ahora. Una fe fuerte está segura, y con esa seguridad te ves legitimado para deambular por cualquier zona. Así estaba yo en esa época bendita, lúcida y ciega.


     Es por ello que acudo a este blog para re-transcribirlo y no al otro blog más general, donde creo que en su momento lo hice, pero ese yo era otro. Porque aunque es una especie de reseña o impresión lectora, en una suerte de intento de literatura comparada Gilgamesh-Biblia, también es cierto que para mí en ese momento la Biblia era Palabra de Dios, de un lado, y que con pasajes de ambas obras, de otro lado, trataba de descubrir o dotar de significados a realidades. Que tal vez sean más sencillas sin tantas parafernalias, no sé.

     Tampoco lo transcribo aquí tal cual, porque yo en muchos aspectos ya no pienso igual, y no de un día para otro porque me haya dado un arrebato, desde luego que no. Más bien por un largo camino intelectual, emocional y espiritual no exento de pruebas, en muchos sentidos de la palabra pruebas. Lo transcribo con modificaciones, actuales, para ofrecer más la parte de impresión lectora que otra cosa.


                                                                      *


Enkidu, ser primordial de la mitología sumeria (de la ciudad de Uruk) pierde su fuerza e inocencia al abandonarse a la lujuria (1), muy prolongada, en brazos de Shamhat, que en sí misma es una trampa sexual puesta allí por Gilgamesh (obsérvese que va con el trampero y que la deja allí como una trampa más).

     En este principio del poema vemos testimonios muy tempranos de ahora muchos tópicos literarios: el locus amoenus, la Edad Dorada, el beatus ille,... La idea en este pasaje es que al practicar sexo (más que puro, duro; quiero decir, sexo per se, nada de enamoramientos ni tampoco de matrimonios), Enkidu deja de ser "primordial". Por un lado, pierde su inocencia, su nobleza de corazón, digamos (aun siendo un salvaje, medio animal), su infancia prolongada, hasta tal punto que, después de su unión sexual con Shamhat de tres días y dos noches (2), si no recuerdo mal, la naturaleza ya no reconoce a Enkidu, y los animales, que eran hasta entonces sus compañeros y amigos, huyen de él. Pero, por otra parte, esta forma de practicar el sexo es explícitamente expuesta como una manera de crecer en conocimiento, de madurar. Shamhat, no en balde, es una prostituta sagrada, una sacerdotisa. Este concepto lo vemos aquí en Sumer como en muchas otras culturas, de la que no escapa (ni quiere) la griega, como sabemos, ni la hindú.

     En el Antiguo Testamento lo encontramos también en Canaán, en los pueblos que habitaban la Tierra Prometida antes de su conquista, y no precisamente en pueblos lingüística, cultural y étnicamente alejados de los hebreos, si seguimos el texto veterotestamentario. El Moab, primo de Israel, de Balac y Balaam, lo practicaba, y las moabitas "tientan" al pueblo con este, para nosotros, desenfreno sexual, o desinhibición, como se relata en el libro de Números (si eres creyente o aficionado lector a la Biblia, busca tú capítulo y versículos, te será fácil; y si no lo eres, creo que te dará bastante igual que no me tome yo la molestia de poner esa referencia, para mí es tarde ahora y algo farragosillo dedicarme a buscar versículos en este momento). Esto es del todo reprobado por el Dios de este relato, con nefastas y sangrientas consecuencias para quienes sucumbieron a estas prácticas. Por dos motivos: el primero, porque era un rito en honor a otro dios, no un acto "puro" de libertinaje (aquí, las hijas de Moab no dejan de ser en cierto modo sacerdotisas oficiando a un dios ajeno a Israel). Es un acto cargado de significado religioso, es una práctica idolátrica. El disfrute del sexo libre, de una orgía, no deja de ser el "cebo", la "recompensa" superficial y carnal para, en el fondo, estar practicando un "sacrificio" a un dios concreto.

      El segundo motivo, porque no era más que una manera de "integrar" a los israelitas entre los moabitas (hablamos siempre desde el enfoque del texto), al participar de una misma fiesta que supone unirse carnalmente a las hijas de Moab. A corto plazo, estos israelitas disfrutaron del sexo con ellas, pero ya un príncipe hebreo se había traído como mujer a una princesa moabita, ya se prefiguraba el largo plazo. Israel estaba allí para conquistar aquella tierra con unas instrucciones de devastación muy claras. Se arrasaba y se cometían genocidios, según el Antiguo Testamento, para evitar las mezclas, los dioses ajenos, la influencia cultural, la pérdida de una identidad que es más bien tesis de un texto escrito a posteriori, pero que, como decimos, nos ceñimos al propio texto. Aquí, el rey de Moab buscaba la maldición del pueblo de Dios. ¿Qué sería, entonces, lo siguiente?: la convivencia, la disolución (una integración que habría de engullirlos, como más adelante veremos en toda la historia bíblica de Israel).

     En el Gilgamesh, lo salvaje es el estado inocente y primordial de Enkidu. Lo maduro, la sociedad urbana de Uruk, que proporciona caminos de conocimiento entre los que se incluye este sexo ritual. Pero Shamhat no es Eva. No hay unión, no digo ya mental, emocional o espiritual, sino de cualquier tipo un poco más allá del mero sexo, entre ambos, al menos que sepamos, al menos algo duradero. Sin embargo, el sexo que practican sí que podría parecernos a nosotros salvaje, alejado de lo inocente (cada vez menos en nuestra sociedad actual, habría que decir). Es explícito, impersonal y directo; instintivo, animal, pornográfico (para nosotros, me refiero).

     Y no se nos oculta que se trata de una treta, una trampa, una estratagema, cuya finalidad no es la madurez de Enkidu, sino su corrupción, que es la visión del pecado entrando en la Humanidad, en cierto modo. A esta visión se opondrá la de los patriarcas bíblicos (3), que "salen" de allí, no de Uruk pero sí de Ur, con otra moral bien distinta. La madurez parece dirimirse en otros términos (decencia, honradez, ya sabemos).

   Ambos conceptos conviven en nuestra sociedad. Digo esto ingenuamente a propósito: han convivido en todas, o al menos lo intentan, matrimonio, amor, respeto, honradez y decencia junto con disfrute, instinto, naturalidad, carnalidad, no es necesario pensar que están tan disociados. Decía: Ambos conceptos conviven en nuestra sociedad, que parece estimularte a ambos caminos con diferentes formas de presión a uno y otro lado. Y se produce el choque. Especialmente por la falsa sensación que ha existido y tal vez aún exista de que hay que salvaguardar la inocencia del Enkidu primordial contra la tentación, reprimiendo unos impulsos bastante difíciles de controlar. Es que tanto Shamhat como Enkidu pertenecen a la otra moral, la otra cultura, la otra cosmovisión, siempre la vemos como la ajena, la excéntrica, la alternativa, la temporal. Y entrar en ese juego es peligroso. No somos Enkidu tentados por Shamhat. Pero tampoco un patriarca sin Ley aún que sale de Ur como si nunca hubiera vivido en ella.

      

NOTAS

(1) No hay que ser muy avispado para darse cuenta del paralelismo con historias como la de Sansón con Dalila. Lo interesante de esta nota no es tanto hacerlo notar, valga la redundancia, como reparar en el hecho de la dificultad de saber qué fue antes. La historia de Enkidu con Shamhat es bastante anterior a la de Sansón con Dalila, pero para muchos de nosotros, mentalmente, es al revés, dado que conocemos la historia del hebreo con la filistea desde muchísimo antes. Estas distorsiones cronológicas en nuestra psique, individual y colectiva, juegan muy malas pasadas.

(2) ¿En qué piensa primero uno cuando lee estas cosas? ¿En la durabilidad y potencia de Enkidu o en la elasticidad y resistencia de Shamhat, y especialmente en sus espaldas? Porque, al leer/escuchar esta parte, nosotros los de ahora algo pensamos. Vale que es un mito, y ya han pasado y van a pasar sucesos monumentales y extraordinarios, como buen mito, pero, ¡ele!, aquí nadie va a tirar ninguna primera piedra con el hecho de que, ¡vaya tela!, las cosas que pasan por la mente...

(3) La que se suele retratar en los textos, no siempre, y especialmente la que muchos visualizamos al abrir la Biblia si se considera sagrada. Entre los patriarcas, en esa sociedad, además de poligamia también hay prostitutas, infidelidades, ... A veces se relata, pocas, pero se hace, pues el Antiguo Testamento no es victoriano ni puritano, no se olvide.

lunes, 26 de mayo de 2025

LA AUTOCENSURA LECTORA POR MOTIVOS MORALES

Realmente, nada tengo que decir acerca de aquellos que, en su libertad, deciden no leer determinados escritos por motivos morales (no solo religiosos, también políticos o ideológicos). En principio, nihil obstat. A ver, la vida es breve, tempus fugit, así que carpe diem; en el fondo da igual el motivo, si moral, estético o de pura apetencia personal, uno no puede leerse todo y es dueño de elegir qué lee y qué no por el motivo que se quiera. Solo faltaba.

     La autocensura lectora por motivos morales me parece bastante respetable en cada cual, siempre y cuando el prefijo auto- se mantenga, y no se extienda a una censura hacia los demás o, peor, institucional. La verdad, la relectura de Historia universal de la destrucción de libros, de Fernando Báez (Destino; Barcelona, 2004) vuelve a darme mucho en lo que pensar. Eso sí, me sorprende, pues quien tiene unos valores morales firmes debería ser el más apto para poder leerse cualquier cosa. Si sus valores son firmes, no debería tener miedo, miedo ante una obra de arte, igual una talla, un cuadro, una canción o un libro. Entiendo que esa autocensura es, de forma consciente o inconsciente, un modo de autoprotección, de proteger esos valores en su conciencia. Como digo, cada cual es libre, y para mí, pues allá cada uno. Lo que sí entiendo es que, en cierta manera, y esa es mi opinión, es una actitud de ineptos, es un tipo de ineptitud esa actitud per se.

     Entre los muy variados tipos de ineptitud de autocensura lectora, hay dos que siempre me han llamado mucho la atención: los ineptos que se niegan a leer la Biblia y los ineptos que se niegan a leer otra cosa, otra cosa que no sea la Biblia o, como mucho, libros en consonancia con su línea bíblica, lo que ellos consideran que es. Entre estos, también es bastante curioso el caso de los que ya se autocensuran libros bíblicos concretos, para más inri.

      Aún recuerdo cómo en Pilas algunos profesores del IES Torre del Rey se indignaban porque un grupo de Gedeones Internacionales repartía ejemplares del Nuevo Testamento junto con los Salmos y los Proverbios entre el alumnado que los quisiera recibir gratuitamente antes de entrar al centro para su jornada escolar. Era parte de la Biblia, el best seller de los best sellers, y gratuito. Lo consideraban adoctrinamiento y entendían que debía prohibirse. Es obvia la intención de los que los distribuían, que era completamente religiosa, eran creyentes de que la simple lectura de la Biblia podía cambiar vidas y corazones por sí misma, como así ha sido en algunas ocasiones, espada cortante. Pero, al fin y al cabo, repartían un libro, que está en la base de nuestra cultura además. No habrían protestado si se hubiese repartido el Quijote, o un extracto de él, tan vinculado a la Biblia, por cierto. Me parecieron estos compañeros ineptos, una palabra en desuso que significa 'no aptos' (no me refiero a la docencia, su labor como profesores de sus especialidades no las juzgo aquí, aunque luego alguno tenía la boca llena de la palabra tolerancia). 

     Ahora bien, también recuerdo cómo algunos cristianos, es un recuerdo nítido, tampoco una mayoría, la verdad, no solo advertían contra las lecturas que pudieran ir en contra de la sana doctrina o corromper la conciencia, sino que unos pocos deslegitimaban la literatura en sí, el acercarse a libros de ficción como novelas, ver mal el teatro. La poesía. El arte en sí. Hasta el punto de que, en el marco de la fe cristiana, se viera la necesidad de escribir y editar obras en defensa del arte. Pues sí, hay quien lee la Biblia, y solo la Biblia, como si Sola Scriptura significase eso, y no leen más, aunque leen incesantemente. Solamente los llamo ineptos también cuando tratan de imponer su propio criterio a los demás. 

     Es igualmente muy minoritario, pero a veces hay protestas con respecto a que determinados libros, incluidos los clásicos, se lean en centros escolares. Igual poemas de Berceo por considerarlos religiosos como textos de Cortázar o la misma Celestina por verlos indecentes. El Poema de Mio Cid se verá ya racista, al igual que la poesía de Quevedo, y La lozana andaluza no se podrá mencionar siquiera, por motivos opuestos. A Bécquer le queda poco para que se vea machista. A mí me gustaba más la Secundaria de mi época si tengo que pensar en estas cosas, la verdad.

domingo, 17 de noviembre de 2024

"AMAE POP BLUE": UNA NOVELA DONDE SE VAN REVELANDO DEBATES INTERIORES Y SUFRIMIENTOS, POCO A POCO

Tengo la satisfacción enorme, después de tanto tiempo de redacción, de emociones, de tormentos internos y externos, de ver publicado Amae pop blue (https://librosindie.net/product/amae-pop-blue/): una narración ficticia en forma de novela. Es inefable esa satisfacción, ahora no hago otra cosa que hablar de ella, como es lógico, pero no sé si lo hago bien, si soy sincero. Se publica el Volumen I, de un total de tres. Es completamente ficticia, sí, pero siguiendo a Cortázar, lo he metido todo ahí.




     Es muy relevante hablar de ella aquí, ahora explico por qué. De hecho, desde la página web que he creado para ella, remito a este blog y explico un poco allí el motivo (https://amae-pop-blue.webnode.es/sobre-mi/). Y es que, si bien el elemento más saliente de esta novela, desde los ojos del lector medio que se pueda acercar a ella, es el de la experiencia erótica, el crecimiento de la sexualidad del protagonista, que no es asunto menor y se basa en varios pilares, algunos de los cuales se han tratado aquí, otro elemento potente es el del debate interior acerca de las creencias heredadas y los valores supuestamente bíblicos que arrastra el protagonista, criado evangélico, un reflejo literario de mis últimos artículos aquí, extremados en algunos capítulos, aunque en el Volumen I, como van apareciendo poco a poco, no se observan en su plenitud, para ello hay que llegar al último, al Volumen III. La Biblia aparece, o se atraviesa sutilmente, de muy diversas formas.

     En los preliminares se alude a un prólogo eliminado que, tal vez, pudiera publicar aquí en otro momento. Ahora no, sería desvelar lo que la novela ha querido ocultar. Pero el lector de este blog lo entendería muy bien, y todas sus conexiones conmigo sin malentenderlas. Yo ahora, cómo no, invito a hacerse con la novela, leerla y difrutarla, sabedor de que le aportará al lector muchas más cosas de lo que en principio podría suponer.

lunes, 22 de abril de 2024

Los evangélicos también son romanos: principio de artículo redactado hace tiempo y una declaración nueva



A continuación me atrevo a publicar el inicio de un artículo que escribí hace bastantes meses. Lo dejé sin terminar, por falta de tiempo (que desde luego no tenía ni tengo aún), y sin publicar porque había prometido profundizar en los Evangelios, empezando por lo que se narra del nacimiento de Jesús, algo que no haré ya, porque me he desconectado un poco y tendría que volver a hacerlo y por la declaración final. Porque tras este medio artículo haré una declaración actual sobre mi vida.


                                                *


De toda la vida he oído decir que nosotros, los cristianos evangélicos, somos católicos pero no romanos. Es decir, católicos en su sentido etimológico de 'universales', nuestro cristianismo es universal, pero no romanos porque no estamos sometidos al Papa, a la Iglesia Católica Apostólica Romana (romana para diferenciarla de la bizantina, la ortodoxa). Claro, esto viene del contexto de la Reforma, los protestantes se apartan de los dictados que procedían de la Roma de esa época, entendida aquí Roma como metonimia. Pero, puestos a ser literales y etimológicos, también somos romanos, dado que, sencillamente, somos una escisión de esa Iglesia Católica. La mayoría de los puntos de nuestra doctrina fundamental también tienen su origen en el Concilio de Nicea, bajo el auspicio del Emperador Constantino, que nunca fue cristiano por más que se diga, y que trataba de poner orden con fines políticos en disputas teológicas que se daban entre los cristianos de la Roma de la época, ya se sabe, el enfrentamiento entre Arrio y Atanasio. La base de nuestra llamada doctrina fundamental procede del cristianismo de Roma en esta época, no de Jerusalén, de la llamada "iglesia primitiva", lo que incluye puntos tan importantes como el concepto de la Trinidad. Somos romanos también, católicos y protestantes todos somos cristianos imperiales, en lo que hace a las creencias básicas y fundamentales. Que sigue siendo un punto de partida para la lectura posterior de los Evangelios y todo el Nuevo Testamento, de los que ya hablaremos luego. Así que, ya sabemos esto: leemos el Nuevo Testamento con las gafas de Nicea, bajo la dirección de Constantino, y no ingenuamente o de forma independiente, somos atanasianos, los arrianos ya fueron barridos del mapa. Somos cristianos católicos apostólicos romanos constantinianos atanasianos protestantes evangélicos, ese es nuestro nombre completo, solo le faltan unos pocos que ya depende, puedes seguir con luterano, metodista, bautista, pentecostal, ... y después el nombre de la facción dentro de esta, y luego el del grupúsculo dentro de esta y así, algunos llegarán al nombre de su pastor-gurú. Yo, por abreviar, lo reuniré bajo el epígrafe de cristiano imperial, que suena más cristalino. El credo se forjó y decretó en Nicea, una votación amañada con exilio y muerte de los arrianos, luego rehabilitados hasta volver al poder, y la quema de los escritos de Arrio, y sin participación de la Iglesia Ortodoxa y de ninguna otra. Así tal cual, de ahí venimos "ideológicamente", por así decir, manchados de corrupción, sufrimiento, sangre y política, y ahí estamos, con el credo trinitario de Atanasio establecido en el siglo V, en consonancia con las ternas divinas a las que estaban acostumbrados por tradición y origen, y que no solo se daba en Roma (hinduismo: Brahma, Vishnú y Shiva; Egipto: Horus, Isis y Osiris), un concepto fácilmente asimilable por cristianos de origen gentil y seguramente muy ajeno a la iglesia primitiva.


Hasta aquí el inicio del artículo que tenía en borrador.


                                            *

                                

                                DECLARACIÓN


Muchas cosas han pasado en mi vida, mis pensamientos, mis reflexiones y mis inquietudes o, mejor, han seguido pasando. Muchas muy fuertes, y no es una exageración, especialmente en los acontecimientos vitales y las circunstancias hasta hace poco acuciantes, una soledad que no puedo entender, etc., y digo "etc." por no calentarme ni aburrirte con mis historias. Observo casi de casualidad este blog, un repaso por encima, y me alegro de una cosa: da cuenta de cómo es un proceso de transformación. 

     En 2022 ya me había declarado cristiano evangélico heterodoxo. Ese heterodoxo era muy potente por dos motivos: primero, porque los protestantes se autoconsideran heterodoxos al compararse con los católicos; los primeros protestantes lo eran, salían de esa ortodoxia, pero habrá que pensar que los católicos igual en su momento al lado de la Iglesia Oriental, la Bizantina u Ortodoxa, y que desde el siglo XVI han pasado eso, siglos. Y el segundo motivo, es potente dada la gran variedad de subdoctrinas, prácticas, creencias y denominaciones dentro de la Iglesia Evangélica, una variedad tal que me podría haber llevado a decir "Soy evangélico de esta u otra tendencia"; al declararme heterodoxo, no renunciaba a ser evangélico en todo aquello que distingue a esta iglesia de la católica, pero al mismo tiempo me estaba descartando de muchos nexos de unión de todas las líneas de cristianismo evangélico, considerándolas como un bloque. Pero sin dejar de serlo. No renunciaba a la etiqueta de evangélico, por mis creencias de fondo, mi fe de fondo que sobrevivía, por sentimentalismo o no querer apartarme del todo (verme a mí mismo del todo) del grupo al que en mi intimidad he pertenecido siempre, y digo en mi intimidad porque era algo más íntimo que otra cosa. Y estuvo bien llamarme a mí mismo así, era verdad en ese momento, en ese tramo de un proceso.

         Lo que ya declaro aquí es que no lo soy. Evangélico, no soy evangélico, no pertenezco a esta iglesia, no soy miembro, ni oficial ni ideológicamente. Esa es mi declaración. Y si cristiano o no, eso ya va por otro lado; como sabéis si me habéis leído, me había quedado en un punto de investigación-reinterpretación-redescubrimiento muy a las puertas que requería de mí mucho tiempo y esfuerzo, y creo que es un camino que no recorreré en este blog. Pero es que ya no me interesa tanto, las fuentes de investigación han pasado de columnas sólidas a humo evanescente, al menos a mis ojos ahora. 

        Esta declaración vuelve a ser una liberación y un gran alivio. Para qué queda entonces este blog, la utilidad que le daré, ya se irá viendo.

miércoles, 7 de junio de 2023

YA SÍ, INICIO REFLEXIONES PROFUNDAS

 No me cansaré de repetirlo: esto es un blog personal, lo escribo especialmente para mí. Por eso no me importan demasiado las visitas. Sí, es verdad que al fin y al cabo publico, saber que te pueden leer te puede hacer más creativo o cuidadoso. Pero yo lo que dirimo aquí son mis pensamientos, mi fe y mis propias convicciones.

     Si me he estado enredando últimamente con la Biblia es porque fue uno de los puntos que me hicieron declararme en su momento cristiano evangélico heterodoxo y renunciar a un sistema de creencias de inercia y valores argumentando que había varios motivos para ello, tras una experiencia personal más que comentada. Y varios de los motivos se referían a la Biblia, que está en la base, al menos supuestamente, de todo el aparato consciente e inconsciente de comportamientos, creencias, valores, etc. que yo sabía o descubría en mí, y que por supuesto me han condicionado en tantos y tantos aspectos de la vida y en decisiones y expectativas. Desde que se mencionaban axiomas y se daban por bíblicos costumbres, comportamientos e ideas que realmente no aparecían en la Biblia, como sus malas lecturas, malas interpretaciones, malas traducciones, sesgadas, parciales o interesadas, y darse cuenta de esto último lo acaba haciendo puras arenas movedizas, pues lo que hasta ahora vienes considerando como columnas sólidas se transforma en un terreno de absoluta indeterminación, dado que tú no controlas los textos más antiguos (que son copias de perdidos), ni sus idiomas, ni sus contextos en absoluto, por más años que estuvieras de cristiano, y tratar de abarcarlo es tarea imposible y ver cómo los especialistas de alto nivel se enfrentan y debaten en mil hipótesis ya es descorazonador. Por no hablar de la propaganda y la contrapropaganda. Y si quieres irte al lado contrario, al de la fe sencilla, pues bien, te puedes sostener en esa fe sencilla si te quedas en lo más general, pero eso se complica cuando te bombardean con mil mensajes, predicaciones y libros de cien mil aristas o aparecen situaciones o conflictos más concretos.  Y ahí me he metido, casi sin querer, la verdad. ¿Cómo sostenerte en una fe que te dicen que se basa en la traducción de las copias de un canon bíblico interpretado con determinado enfoque? ¿Es eso una fe responsable y seria, puedes tener esto de base de una fe en condiciones? Porque, además, aquí la fe condiciona toda tu vida. Pero, en fin, pasa igual con muchas ramas del saber, de la ciencia, de la educación y la filosofía, al final, en lo que hace a tu vida práctica, debes elegir.

     Todo lo que la mayoría de los cristianos asumimos respecto a la Biblia ya nos viene dado, generalmente en forma de lema y apoyado (la mayoría de las veces muy débilmente) en uno o varios versículos o pasajes... ya interpretados, y muchos de nosotros los hemos escuchado como verdades absolutas desde pequeños y repetidamente, como mantras. Y no creo que vaya por ahí la cosa. Si somos de los que nos interesamos un poco por el tema, leemos las introducciones a cada libro en nuestras Biblias de estudio y algunos se internan algo más leyendo libros de evangélicos o haciendo cursos de teología de tu denominación. Muchos son muy consistentes, pero te llevan por un cauce. Y vamos predispuestos. Ni siquiera te cuestionas lo que ahí mismo se dice, a lo que apunta. A nadie le inquieta, por ejemplo, la enorme distancia temporal desde los acontecimientos narrados en los Evangelios hasta la fecha de su redacción, siquiera supuesta, y cuando hablo de los Evangelios podría referirme a casi cualquier libro bíblico. Y si despiertas un poco a esto, apenas investigas un poco aquí y allá, aunque sea en internet, sin más pretensiones porque tienes un oficio y una familia y aficiones y vida y esto no es algo a lo que te vas a dedicar muy en profundo, y tienes 47 años y aunque tengas veinte o treinta menos no te va a dar la vida con eso ni quieres, y ya con lo poquito de aquí y allá se te van abriendo los ojos, y puede que ahora no sepas a dónde mirar. Como el niño que no termina de convencerse de la inexistencia de los Reyes Magos. Y así no se puede ir. Es demasiado importante para ir así, con temas como Dios, Jesús, la vida eterna, la base de tu moral y opiniones, la base de tus decisiones, de la educación de tus hijos tal vez, de la elección de pareja, etc., etc.

      Una vez más, repito: no pretendo demostrarte nada ni convencerte de nada. Con lo que dispongo, y sin buscar más, ya que he dejado apuntado últimamente muchas cosas, me quiero meter más en serio en esto. Para mí. Se trata de mi vida, al fin y al cabo. Y sin prisa. Como si tengo que ir punto a punto.

     Empiezo por lo que más me interesa: Jesús. Inevitablemente, esto me lleva a los Evangelios, los cuatro diferentes entre sí. Asumiendo la existencia de Jesús (porque si no, poco sentido tiene esto) y la del cristianismo, ambas existencias son previas a las de los Evangelios, que vienen incluso después de muchas Epístolas, si no todas. Pero la idea de Jesús, el relato evangélico, lo basamos en los Evangelios. Creo que hay que empezar por aquí, desde nuestro punto de vista de creyentes en la actualidad. Para nosotros están antes, en nuestra mente. Pero no lo olvidemos: Jesús, su obra y enseñanzas, y la iglesia, es previa a los Evangelios. Podemos observarlos con ojo crítico, y no hacernos los ciegos voluntarios a determinada información, básica, que aparece en nuestras propias Biblias de estudio o es sabido sin necesidad de profundizar demasiado. Podemos empezar a leer con otro enfoque. A ver qué leemos tratando de evitar condicionantes, dado que mi fe está en Cristo. Comenzaré por algunos hechos narrados del principio, a saber: la visita de los magos, Herodes, el lugar del nacimiento y la fecha, María y José y el inicio del ministerio, tal y como se narran. Como he dicho, poco a poco. El siguiente artículo se enfocará en los magos de Oriente. Los famosos Reyes Magos, la Navidad, el nacimiento. Y no sé cuándo, cuando pueda. 


sábado, 3 de junio de 2023

LA PARÁBOLA DEL SEGUNDO HIJO PRÓDIGO

 6 Por pura obediencia a su padre, y no porque lo entendiese en absoluto, él acabó participando en la fiesta de bienvenida y recuperación de su hermano, de su restitución en posición y dignidad. 7 También había que entenderle a él, ¿no? Él se había quedado allí, su hermano fue un insensato, y volvió porque no tuvo más opciones que hacerlo, él se quedó allí, y todo era trabajar para la familia, y lo respetaba, a su padre, jamás se le ocurrió una idea tan loca, él lo hacía bien, para su padre, para los roles, para la ley escrita y no escrita y para Dios, y eso jamás se celebró, mientras su hermano lo pasaba chachipiruli a tutiplén con un dinero que aún no le correspondía, él permaneció y su padre ni un mal cabrito para celebrar ni nada, no era como uno de los hijos de Job, que hacían banquete por día, turnándose, y ahora… 8 Y tenía cosas por las que preocuparse a largo plazo. Su hermano desaparecido volvía a serlo, su hermano, con todos sus derechos pero, ¡eh!, él ha dilapidado la parte de su herencia, ¿volvería a heredar? Porque de hacerlo, la parte que le correspondiera en realidad la estaba quitando de la suya… 9 ¡Hombre!

10 Hasta que no se acostumbraron a tenerlo de nuevo, él no llegó a comprender un poco la decisión de su padre. Y porque su hermano se portaba muy bien. 11 Era sincero el pródigo: se levantaba el primero por las mañanas para trabajar, con mucho entusiasmo, 12 parecía el más diligente de los esclavos de su padre en lugar de su hijo, y eso que a él no le daban con la vara ni la correa, el capataz nunca lo haría, y agradecía cada bocado, con sus gestos y actitud. 13 Lejos de sus malas profecías, el pródigo nunca pidió banquete más, y siempre tuvo conciencia de no abusar de nada. Es más, para todo se ponía a sus órdenes, nunca le contradecía en nada, y eso lo tranquilizó. Pero hacía cosas raras, como comer menos para compartir su pan, no solamente con los suyos, con sus trabajadores, sino con otros de fuera, e intercedía a su padre de vez en cuando por gente que estaba necesitada. 14 Se acordaba de lo mal que lo pasó, de lo que le impulsó a regresar. Eso podía ser peligroso… 15  No se comportaba con la autoridad propia de un heredero, podría llegar a convertirse en un coladero de pedigüeños y veríamos, veríamos… Pero no, porque él simplemente intercedía, pero se quedaba ahí, obedecía a su padre y a él mismo, bien. 16 Por eso ahora tenía algunos momentos de lucidez que le permitían ponerse en el lugar de su padre. Pero eran algo breves, porque solamente le pasaba cuando en su mente y corazón no estaban los conceptos de justicia y derecho, solamente de humanidad. 17 Él también era su hijo, y su padre tenía derecho a amarlo y volcar sobre él toda la misericordia que quisiese.

18 Pero 19 también era un problema, ahora tenía que luchar en su interior contra otro pecado, la envidia, él era muy religioso, sabía que era envidia, no se autoengañaba. Su hermano venía con otros conocimientos y experiencias de la ciudad donde estuvo. Sabía mucho de vinos, como un sibarita, y de lo que gustaba allí y en la zona. 20 Sabía de especias y de telas, de bálsamos y perfumes, y muchas veces era él el encomendado para ciertos negocios y compras. Lo veías ahí paradito, humilde, innecesariamente ya con el rabo entre las piernas, pero cuando salían esos temas sabía más que ninguno. 21 El lote que se habría dado allí, la gente a la que habría conocido… 22 Ya no se dejaba engañar: pastoreando cerdos tuvo mucho tiempo para reflexionar cómo le habían engañado, cómo nadie le paró los pies, cómo se aprovecharon, qué insensato fue, hubo mucha reflexión que le llevó a una mejor comprensión de ciertos negocios sucios de los que él fue víctima voluntaria y ciega, del comportamiento egoísta de algunos, algunos muchos, y de la cara y cruz de la virtud y el vicio. 23 Ahora era otro, no iba a lo loco, y aprovechaba inteligente y sagazmente los conocimientos de aquello que lo devoró, era el experto en eso. Y también sabía otras cosas.

24 Sabía de hombres y mujeres. Con un concepto de ese tema que iba más allá del interés y el tener descendencia, la verdad es que sus desmanes le hicieron conocerse mucho. Valoraba ahora la compañía, sabía que tendría siempre impulsos sexuales y necesidad emotiva, se buscó pronto a una compañera que hizo esposa, más joven que él pero buena, él la quiso un tanto ingenua y buena, y se amaban, prodigaba por ella, otra vez pródigo, mucho amor y respeto, y le hacía y le pedía cosas en la cama, o lecho, que aprendió de haber estado con putas que se enriquecieron o salieron del paso, dependía de la puta, cuando estuvo allí. 25 Su hermano iba descubriendo ahora la verdadera naturaleza femenina, que nada tenía que ver con las rameras que se dedicaban a practicar un oficio lo mejor que sabían, con halagos y adulaciones, y también se reafirmaba en su masculinidad sexual, emocional y personal. 26 Fue listo. 27 Era consciente de lo fuerte que era el sexo, que una vez pasado el trance del regreso y viéndose restituido, pronto vendrían los impulsos y las tentaciones: con los cerdos, soñando con arrebatarles sus algarrobas, había estado mucho tiempo, y ahora se veía como se veía, no lo iba a consentir, lo cortaba de raíz, se buscó pronto esposa para amarla y respetarla todos los días de su vida, ¡joder! 28 Pues sí que había aprendido la lección, su hermanito. Y él se carcomía de envidia en ocasiones, enredado en relíos teológicos, míticos y supersticiosos un tiempo. Así que, igual que su hermano con el sexo, él decidió ser como él con la envidia, que es un pecado peor que el adulterio y la fornicación, digan lo que digan muchos siglos después esa gente del club de lectura de cartas ajenas, igual a los locos y sabios corintios que a un pobre tal llamado Timoteo o a los lunares efesios, que aquí no se niegan las profecías y se puede mirar a futuro. A ver, era peor sin duda, la envidia es peligrosa, puede llevar al homicidio… 29 Bueno, todo puede llevar al homicidio, pero si no lo entendía mal, fue la envidia lo que llevó a Caín a matar a Abel, ¿no? 30 Como sea, que después de que regresó su hermano todo en su mente parecía cada vez más teológicamente patas arriba, su padre estaba contento con su matrimonio, y su madre también, para ellos fue la confirmación de que su hijo había sentado la cabeza, y un consuelo, y eso estaba bien. 31 Si luego se oían gemidos de placer nocturno en donde su hermano, tampoco habría por qué decírselo y, en realidad, eso tampoco importaba, porque esta época es anterior a la victoriana y no está mal visto el gozarse así a tu pareja legítima ni siquiera entre los religiosos, esos son temores del después, que aquí hasta los niños y también las niñas ven a diario como el carnero se folla a la oveja e incluso igual si le pones varas ante los ojos mientras la empotra consigas cierta eugenesia de provecho.

32 ¡Oye!, pues, la verdad, la reacción que acabó teniendo este hombre fue al final muy positiva, ¿no? 33 Porque con tanta lucha cognitiva y emotiva, acabó por admirarle en lugar de envidiarle. Y, para pesar de sus padres, él también fue corriendo a pedir la parte de su herencia, ya tan mayores sus padres… 34 Una especie de crisis de los cuarenta a los veintimucho, que en esta época se vivía menos. E igual.

35 Indignados estaban todos cuando, tiempo después, regresó. Su padre, tan anciano que tenía demencia senil, no paraba de llamarlo ingrato e hipócrita solapado, ¡cómo se atrevía a volver! 36 Y su hermano, con sus cuatro hijos ya, meneaba la cabeza y hasta le escupió en la cara. 37 ¡Cómo hacerle eso a su propio padre! 38 “¿Tú sabes lo que hemos pasado aquí?”, y el pobre, antes de verse morir en la indigencia y la indignidad, se quitó la vida, colgándose de la rama de un algarrobo. 39 Lo cual, como sabemos, lo conduce como por un tobogán de un parque acuático al Seol o, peor, al puto infierno.

 

(Tomado de la Epístola Apócrifa de mis Narices a los Bellavistenses, 3:6-39, en la versión panhispanoamericana modernizada y cotejada. Cf. El comentario de la Thompson y la Harper-Caribe al libro de Ester: alguna relación encontrarás, tú exprímete el cerebro y ya verás).